Unas escolares descubren que la comandante Tamara estudió en su colegio y quieren conocer su historia; una bolsa con guindas interrumpe las labores de una oficina donde únicamente trabajan mujeres; una dentista se enamora del apodado niño palta que ya no es un niño y que ya no vende paltas;
Los mapuches son contrarios al tiempo, a este tiempo, pues se detienen y observan; sin más afán que observar, contemplan, permanecen, se conmueven ante la naturaleza con extraordinaria facilidad. Diego Corvera Viaje en el tiempo. Pasado, presente y futuro, tiempos verbales latentes, inciertos e inexistentes que desentraman la historia ficcionada
En la medida en que avanzaba en la lectura de El amor oscuro (Santiago de Chile: Libros del Pez Espiral, 2022), libro de poesía de Francisco Cardemil Pérez (Santiago, 1995), se fueron formando algunas interrogantes respecto de: los espacios que habitamos o compartimos la habitabilidad de esos espacios las formas
Mênis (cólera) es la primera palabra de la Ilíada. Es algo que se recuerda a menudo: que la literatura occidental comienza con la palabra cólera. “Canta, oh musa, la ira del Pélida Aquiles”, dice una de las traducciones, o bien: “La cólera canta, oh diosa, del Pélida Aquiles”. Lo que
Las plantas trepadoras se encaraman a un elemento (vivo o muerto) y parasitan ahí. Pero su objetivo no es alimentarse de ese hospedador, sino lograr altura para acceder a la luz del sol. Los poemas de Cieno (Traza Editora, 2021), de Cristina Bravo Montecinos, recurren a esta imagen dos veces:
Cuando niña conservaba un ritual de despedida. Un gesto inocente corrompido por los noticieros nocturnos. Un miedo instaurado que me recorría el cuerpo antes de dormir. Fantaseaba con accidentes matutinos que podían arrebatar mi cotidianidad. Decir buenas noches con extrema devoción. Única forma de conciliar el sueño. Imaginar que un
a la memoria de Luisa Toledo a la porfía de lxs anónimxs en El Jardín de la Resistencia “Pero la época es de igual modo eso que encontramos en el fondo de nosotrxs mismxs cuando aceptamos descender hasta ahí, cuando nos sumergimos en lo que vivimos, sentimos y percibimos. En
“Estoy solo en un garaje con un montón de libros. No hay un solo lugar en los estantes” Peter Orner comienza su libro con esta confesión: en su casa no hay lugar para libros nuevos porque incluso en el garaje los estantes están colmados. Esta no podría ser otra cosa
Hacia la mitad del libro, en un arranque de sinceridad, Moullet dice “Este libro tiene el defecto de ser poco divertido”, a esa altura, sin embargo, ya sabemos que está equivocado, que al igual que la mayoría de sus películas y muchos de sus textos críticos, la comedia está siempre
Comencé a leer el poemario mientras lo cosían y armaban las editoras de Tinta Negra Microeditorial, preparando el tiraje para su primer lanzamiento. Entonces me preguntaba sobre la figura de Joel: creando coreografías, danzando y volviendo un escenario su poemario, a la vez objeto, tan delicado en sus palabras como