“Proserpina a Plutón en el Hades” (1879) — Sarah Whitman Pienso en ti entre estas primaverales flores, En ti, mi emperador, mi señor soberano, Habitando solo el Tártaro en sombrías torres Odiado por cielo y tierra tu reino lejano, Deambulando lejos por el río del Averno Donde el lamento
UNO. PRIMERO FUE LA MATERIA Recuerdo lo siguiente: hace diez o quizá doce años, la no tan Ilustre Municipalidad de Talca organizó una pequeña feria en la Plaza de armas de la ciudad. El evento en cuestión, como buena actividad de todas las provincias del orbe, reunía bajo el taxón
¿Es el amor, entonces, tan simple? ¿Es el amor, entonces, tan simple, mi vida? ¿Una puerta que se abre y ver claramente todas las cosas? Yo no lo sabía antes. Había pensado que era inquietud y deseo, elevarse tan solo para caer, aniquilación y fuego: no
podemos relatar el tiempo el tiempo tal como es el tiempo en sí mismo o no, sería en realidad una tarea delirante un relato donde se diga el tiempo pasado se envejece el tiempo sigue su curso por eso jamás alguien de mente sana lo tendría por una
Naufragio Abatida por las estrellas, la isla soporta su soledad con periquitos en árboles filosos, fuegos futuros y años de viento. Hasta los corales deben soñar con telarañas. Cada aliento se pulveriza, una legión de olas obstruye mi cara. Este mundo somero es un ronco murmullo
El poeta Germán Carrasco nos regala esta vez un libro de ring, con movimiento de cintura y fintas metapoéticas, con harto contexto social, estallido, corrupción y extractivismo, escrito desde el presente político y social, y desarrollado con una afinada manera de mirar, que traspasa lo observado en el poema y
Innumerables veces se ha insistido en que precolombinamente hablando no existiría la poesía mapuche puesto que este solía ser un pueblo ágrafo, que no practicaba la literatura sino la oralidad. Pero capeando los apelativos de subdesarrollo que suelen acosarles y de paso la inutilidad de encaletar nomenclaturas externas, hemos de cambiar
Así me siento hablando con vos Me siento como el niño que el viernes en su cumpleaños lo llevan a la pizzería, los manteles son grandes de papel blanco coloreable, y junto a la cátsup hay una canastilla plástica con crayolas: azul verde roja. Entonces los árboles son rojos,
Temporadas abro las hojas de los ventanales la tormenta entra el niño la niña Santa Rosa a jugar por los pasillos aunque sea una casa diminuta austera sin techo ni paredes, casi como paréntesis transparentes, pilotes que soportan la presión desde dentro y fuera, en los ojos, imaginando las
Llenar la boca del cuchillo sujeto de vidrio impide amanecer dice buen día calla por dentro cierra las rosas que no muestren primaveras con cortinas envuelve la herida no sangro para despertar a mi madre sino que siga la huella casi blanca ella concentra el sueño desterrado dibuja lo