estás entrando a cierto desierto como piedras o huesos marcando la arena llamas & nubes cosas con alas elige tu número lee tu día veremos si te habla a solas como piedra o hueso en arena otros días otras formas— PRIMER DÍA
chernobyl 20 soles como 20 niños perdidos en la orilla 20 años buscando el aroma perdido de las balas en mi casaca de cuero todos hemos tenido alguna vez una casaca de cuero quemada rasgada en el hombro como si una pantera nos hubiese dado una vuelta brusca para hurgar
Capítulo I Un juego de lenguaje: señalar si un determinado cuerpo es más claro u oscuro que otro. Sin embargo, ahora hay algo similar; declarar la relación entre la claridad de determinados tonos de un mismo color. (Por lo tanto, se debe comparar: establecer la
La obra de Lucas Costa (Santiago, 1988) ya ha alcanzado solidez y presencia en el entorno poético nacional. Tras Encomienda (Santiago: Cuneta, 2013, Premio Roberto Bolaño) y Playa de escombros (Santiago: Alquimia, 2017), con Calcio en la mirada de la noche (Valdivia: Komorebi, 2022), confirma las notables características de su
i. los días una colección de piezas de encastre gastadas bordes abiertos cartón deshecho en polvo cada vez requiere más cada vez queda menos sobrevive a migajas de pan con agua tibia entre la fusta sangrienta y la autocomplacencia las tardes en la desesperación las horas se pierden recoge el
Al leer Contra Bolaño de Carlos Walker –Lecturas Ediciones (2022)– se me apareció la cocina en penumbra de la casa DFL 2 en la que crecí, el eco metálico de la cuchara al raspar el fondo de la olla, el desprendimiento paulatino de la película de arroz tostado y crocante.
Unos meses antes de comenzar la pandemia me llegó un libro de un autor que desconocía. El libro contaba en modo de crónica, de diario de viaje, la historia de un hombre que se iba a vivir durante seis meses a una cabaña junto al lago Baikal, en Siberia. Iba
Ni el más optimista de los lectores pondría a Michel Houellebecq del lado de los optimistas. Aún más, solo un loco lo haría al enfrentarse a la portada de su último libro, en la que, bajo el título rotundo “Aniquilación”, la oscuridad devora el dorado tradicional de las ediciones de
Si las cosas fuesen como son, novela editada por Ediciones Overol en marzo de este año, comienza con una escena profundamente enigmática: la protagonista, que en las primeras páginas aún mantiene intacta su primera infancia, hace de espectadora delante de una ventana diáfana, lugar donde su padre, una cabeza flotante
Dado que su nombre se encuentra sepultado bajo el tupido entramado de anécdotas que han novelado su vida, algunas bastante confusas, otras contradictorias, y otras que probablemente ni siquiera tengan que ver con ella pero que se aceptaron sin oposición de ningún biógrafo; no encuentro mejor forma de abrirme paso