El primero fue un hombre viejo con un dolor de muelas punzante. Ese fue su pretexto para tomarse un whisky doble en el bar Playa y, haciendo enjuagues, tratar de adormecer los nervios dentales. De otra forma no gastaría en un trago así de caro, me dijo después. Mientras, con
Por motivos todavía difíciles de asimilar, cada vez que en alguna película o fotografía se me cruza la imagen de una tetera, siempre me acuerdo del personaje principal de Cosmos de Witold Gombrowicz. Él, a medio camino de sus interminables investigaciones sobre lo que sea –nunca queda tan claro qué
Estoy al fondo de mi actual patio, dentro de esta caseta atestada de herramientas y cachivaches cuya utilidad, por ahora, desconozco. Me encargaron vaciarla para dejarle espacio a otras cosas. Es verano y afuera hay mucho sol, cuyos rayos se cuelan a través de las tablas. Respiro hondo. En el
A una amiga le pregunté qué soñó la noche anterior. Muchas veces acudo a ese comodín por defecto, cuando ya no sé qué decir. Ayuda a conducir las conversaciones hacia lugares divertidos o menos predecibles. El sueño —el cual la hizo despertarse llorando, me anticipó— fue tornándose cada vez más
Sorprende este libro de cuentos, Yo no soy esa, de Greta Montero (Coronel, 1986) autora que ha publicado tres libros de una poesía marcada por la imaginación y la capacidad de delirar, y que ahora se pasa a cierto realismo particular. Los cuentos son de tono variado aunque en general
Por irresponsable o estúpido que pueda sonar, siempre he fantaseado con quedarme sordo. Así, privado de percibir conversaciones y ruidos, mi mundo y pasado se verían a salvo de muchas perturbaciones. Al mismo tiempo, me vería librado del vicio de prestar oído a asuntos ajenos. Me hallaría, imagino, más cerca
Tengo un trabajo de medio tiempo que me gusta tanto como a alguien sin vocación le puede gustar un trabajo, es decir, en la medida en que molesta poco. Tres días a la semana llego temprano a un condominio en La Florida, saco a la vereda los tarros de basura,