Belo Horizonte, Brasil, 25 de junio de 2023 L., leí tu carta ni bien me llegó. La disfruté con el entusiasmo del sanjuanino por las palabras de los demás. Mientras terminaba los párrafos, me sentía un poco como la Macabéa de La hora de la estrella de Clarice Lispector, viviendo pequeñas explosiones
Casi 9 años han pasado años desde que los periódicos “oficiales” pronunciaron, por fin, su nombre: “Impacto mundial por repentina muerte de la artista Hija de Perra”, decía la Estrella de Valparaíso; Google se llenaba de mensajes sobre su “fallecimiento, no su muerte, porque Hija de Perra vive entre nosotros”,
Pier Paolo Pasolini hizo del ejercicio intelectual del disenso la llama de su existencia. Un fuego que encendía al escritor y al cineasta, al militante comunista crítico con la propia izquierda y hasta molesto. Un personaje al que, pese a su renovada actualidad en la era de la corrección política,
Papagaios-MG, Brasil, 12 de junio de 2023 L., durante las últimas semanas estuve pensando en cómo empezar a escribirte esta carta y la verdad es que se me hace difícil. No logro encontrar las palabras justas. Pero vengo de terminar de ver The Urgency of Death y, de pronto,
En las Historia(s) del cine, la cavernosa voz de Jean-Luc Godard –cual si fuera Virgilio guiándonos por el infierno–, nos advierte: “Las dos grandes historias fueron el sexo y la muerte”. Es paradigmático que la intelectualidad francesa tienda a dar muerte a tantas cosas: que la muerte del cine, que
Era un amigo reciente, conocido semanas atrás en la librería Universitaria, que, como me había relatado, venía de filmar una película en Argentina basada en un guión suyo, pero que lamentablemente se interrumpiera al incendiarse durante el rodaje el auto del actor y cineasta chileno Lautaro Murúa. No sé por
Cahiers du cinema. Tomo XXIII–Nº 133 JULIO 1962 –Parece que, después de tres o cuatro películas, hay una nueva orientación en tu obra. ¿Es esto algo deliberado de tu parte? Uno se mueve. Una cosa lleva a la otra, uno pasa de una a la otra. Yo
Estos días recordé una de las primeras ideas que me llevó a pensar en el porno como cine de no ficción. En la primera parte de esta serie escribí que, al contrario de varios conocidos que sienten placer con videos filmados desde un punto de vista subjetivo, yo no necesito
Así empieza Tango Feroz: “No se confundan, no tengo nada que dar”, con un joven Fernán Mirás de camisa batik y chaleco corto, que se le planta a un policía guitarra en mano y es empujado hacia atrás en cámara lenta. “Voy sin fichas ni monedas por este gran carnaval”.
Probablemente haya que empezar con la figura de Manuel Puig. Porque esto trata sobre generaciones, de creadores, lectores y públicos. Poca gente escribió tan bien sobre su generación como Puig, pero era tan bueno que además escribió de una manera formidable sobre la generación que lo antecedió. Ejemplos sobran en