Mala Yerba En esta tierra en la que germinan tan bien las sombras Donde se cosechan pesadillas de exportación Me decido a plantar maleza Mala yerba puñados de células desdeñables mutiladas por estética rechazadas por consorcios empresariales por la ciencia por las fuerzas de producción
En virtud de la trascendencia filosófica y estética de los tópicos dramáticos de la muerte y del lenguaje, es posible formular una poética de la figura literaria específica de los “muertos hablantes”. Un acceso simbólico e ideológico actual y masivo a ellos lo ofrece el “zombi” como motivo argumental, agente
A modo de poema I. por la imagen. REPRESENTACIÓN DE UN ESPEJO QUE APUNTA MI CABEZA. REPRESENTACIÓN DE UN ESPEJO QUE APUNTA MI MANO. MI CABEZA Y MI MANO SON REPRESENTACIONES. A modo de poema II. por la imagen, el cuerpo. Cargar con la depresión de los cuerpos en tierra,
36,5º A pesar de todo. Y quizás. Si puedo. Así vivir. 28º Todo gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira
“Deseo mostrar al mundo, clara y concretamente, Una serie de simples acontecimientos domésticos que, por sus consecuencias, me han aterrorizado, torturado y anonadado”. Edgar Allan Poe (Extracto de “El gato negro”) Tengo sangre… Sangre ajena que corre por mis manos y borrosa yace por mi cara. No puedo contener la
OLORES Comemos y nos cuidamos. ¿Quién nos cuida la desesperación? A veces la voluntad se tierniza y piensa este mundo como una ilusión favorable. A condición de que se queden los pies, de que los buques no lastimen. Ésta debe ser una tristeza urbana. Los edificios no dialogan y
Todas las noches lo mismo, el cuento de los gatos pobres que lo perdían todo por culpa de un huracán mientras la madre lamentaba que las sábanas blancas recién lavadas estaban llenas de barro y agujeros. Pur pur pur decían los gatitos en un llanto eterno sobre la casa derrumbada.
A estas alturas parece un privilegio haber crecido al lado de un potrero abandonado. En ese entonces era un lugar casi prohibido, nadie sabía muy bien lo que pasaba tras esa larga y delgada pandereta que separaba las casas pareadas de dos pisos. Mis primeros recuerdos sobre ese campo es
Dodecálogo de un cuentista Inevitablemente, algún día, un catedrático cualquiera hará girar las páginas de este libro en busca de una clavija para colgar su sombrero… Al principio se sentirá desanimado ante el descubrimiento de que se ha violado su regla fundamental que dice: <<Nunca se ha de finalizar
Intentando arreglar mi cámara, la maté. Era pequeña, hecha en China, tenía los botones atascados y torpes, dos posibilidades de foco: macro y paisaje. También tenía un zoom que ya no funcionaba y claramente grababa mejor de día que de noche. Cuando ya no había luz tenía un granulado digital