Recuerdo cómo salimos en tropel los jugadores de ajedrez.. y cómo a medida que nos acercábamos a la plaza San Martín nos íbamos poniendo serios y éramos cada vez menos, y al fin, cuando crucé la plaza, me vi solo. La obstinación y la eficacia en la crítica suelen ser
Hay un pasaje bíblico que viene a mi mente luego de haber terminado la lectura de Dos soledades, último libro de Gastón Carrasco. Lo narrado sigue este orden: por accidente, en medio de su trabajo, Noé descubre la tentación del vino. Luego de plantar una viña, este termina bebiendo el
Pier Paolo Pasolini hizo del ejercicio intelectual del disenso la llama de su existencia. Un fuego que encendía al escritor y al cineasta, al militante comunista crítico con la propia izquierda y hasta molesto. Un personaje al que, pese a su renovada actualidad en la era de la corrección política,
En las Historia(s) del cine, la cavernosa voz de Jean-Luc Godard –cual si fuera Virgilio guiándonos por el infierno–, nos advierte: “Las dos grandes historias fueron el sexo y la muerte”. Es paradigmático que la intelectualidad francesa tienda a dar muerte a tantas cosas: que la muerte del cine, que
6 falsos poemas chinos 1 La cordillera apenas se distingue, una vecina escucha reggaetón. Larga mañana de día feriado: lavas la loza tomando un café. 2 Gritos de niños jugando en el patio: pelotas, palos, burbujas, camiones. Sirenas de bomberos a lo lejos, un helicóptero pasa
Era un amigo reciente, conocido semanas atrás en la librería Universitaria, que, como me había relatado, venía de filmar una película en Argentina basada en un guión suyo, pero que lamentablemente se interrumpiera al incendiarse durante el rodaje el auto del actor y cineasta chileno Lautaro Murúa. No sé por
«No busquen en Punta Peuco la verdad que falta en D.D. H.H.» le dijo Carlos Herrera Jiménez a la periodista Leslie Ayala en una entrevista publicada en La Tercera en 2017. A la sazón, Herrera llevaba veintinueve años en el penal acusado del asesinato del sindicalista Tucapel Jiménez y
El reciente libro de Fernanda Carvajal, La convulsión coliza. Yeguas del Apocalipsis (1987-1997), instala desde sus gestos más inmediatos una interrogación crítica a la experiencia de uno de los colectivos artístico-políticos más relevantes de las últimas décadas. La portada, en tonos sepia-cobrizo –Ciudad estrellada, de Sodomass–, reimagina Estrellada II, acción
Cuando pensé en escribir sobre este libro de poemas, di varias vueltas en círculo por cómo empezar a reseñarlo. No pude evitar volver al inicio de La palabra quebrada: Ensayo sobre el ensayo de Martín Cerda, quien señala la importancia de la escritura fragmentaria en la literatura contemporánea, no como
la infancia: una casa sin puerta adonde entrar como al lenguaje (para reconstruir su imposibilidad) De Carne de tesoro* Aunque mire a lo hondo, no veré el lecho musgoso, lo que allí se macera desde siempre, acumulando residuos, tantos pies que entraron y no volvieron a salir, risas que