“ya no me invitan a leer a ninguna parte me invitan a hablar porque eso es lo que hago hablar” David Antin Lo primero que observamos en la preciosa portada creada por Ricardo Mendoza (editor de Kultrún) es que posee un diseño retro, ochentero, como de revista académica vieja,
De niño, los lugares en los que puedo jugar son: el patio, el living, algunos pasillos de la casa, pero nunca lo puedo hacer en la cocina, en el baño o en la pieza de mis padres. En cada uno de estos cuartos está el peligro. De algún modo, comienzo
Desde la primera década del siglo XXI hasta hoy, se ha venido potenciando en nuestra cultura una característica predominante, la inmediatez en términos absolutos. Este estado del discurso social (Angenot, 2010) ha evolucionado en el desarrollo de un mercado frenético, dinámico, fugaz e imparable que “empaqueta” a los individuos, los
Doña Florentina salió al jardín, cortó unas flores del malvón más grande y juntó unas ramitas secas del pino. Tuvo que pasar por encima del diente de león. Para ella siempre había sido plaga, pero Josefa le atribuía poderes curativos. Ya que tanto le gustaba, arrancó un puñado. Entró y
Anjo disfarçado de leão Mede a altura do tombo pra calcular o tempo que restará pra contar quantas magnólias foram detidas nos dentes uma tentativa divina de explicar a primavera para pequenos roedores a montanha desenhada na nuca o plano de fuga traçado no sangue os tornozelos como garças
Tengo una grabadora de Hello Kitty ¿Te acuerdas? En ella solíamos escuchar mi disco de Shakira los viernes por la tarde. Si algo no ha cambiado desde que tengo seis años es que esa grabadora es mi posesión más preciada, recordatorio de una vida en tonos rosas y bailes en
Hay novelas que no necesitan ser leídas para saber su argumento. Todo el mundo sabe de qué van el Quijote, Moby Dick o El gran Gatsby, ¿no? Borges decía que no hacía falta leer el Ulises entero para opinar, como no es necesario ir a París para opinar de París.
Tenía en su pecho un prominente agujero. Prácticamente lo atravesaba de un lado a otro. Su diámetro era de unos 10 centímetros y se hallaba, justamente, en medio de su esternón, paralelo a sus pectorales. Para cualquiera esto implicaría variados problemas; fortuitamente, su cuerpo se había adaptado a la “deformación”
A propósito de la publicación de Trato de ir todos los días me dispuse a escribir sobre las largas conversaciones que sostuve con amigxs tras las manifestaciones -compartiendo una cerveza y un tabaco en alguna plaza del centro- sobre nuestro rol en la revuelta y el futuro de la fotografía
I LONQUÉN Cristo no está en la mesa si solo se sirven plegarias










