“Buenas compañeras ¿No os habéis fijado,
que cuando en la labor de nuestra costura,
necesitaís cortar un hilo es muy fácil de hacerlo,
pero cuando se trata de cortar dos o más hilos unidos
o retorcidos, apelaís a las fuerzas o a las tijeras para cortarlos?
Esther Valdés, 1907.[1]
El bordado es una práctica textil que consiste en la ornamentación, por medio de hebras tejidas con hilo y aguja, de una superficie lisa y flexible generalmente de algodón, seda o lino. Su origen se les atribuye a los babilonios en Mesopotamia durante la Edad Antigua, particularmente en la confección de pinturas, indumentarias hieráticas y tejido de uso doméstico.
Un ejercicio transmitido de generación en generación para confeccionar o reparar vestimenta y accesorios para el hogar, adquirió posteriormente, en manos de mujeres de diversas edades y estratos sociales, una función exclusivamente decorativa que permitió aplicar y extender las posibilidades técnicas del bordado, complejizando el punto, la forma, el relieve y el material utilizado. En Chile, tras la revuelta popular originada el 18 de octubre, la práctica del bordado se propagó con fuerza y resistencia para denunciar 45 años de injusticia social.
Introduciendo nuevas texturas y formatos de producción que exige la cultura visual, su producción se trasforma en un instrumento significativo de registro. La adopción de técnicas mixtas como serigrafías, tipografías y elementos con volumen, son algunas de las reconfiguraciones que ha estimulado la naturaleza rítmica, pausada y repetitiva del bordado. A partir de la apropiación iconográfica contemporánea, figuras como El Negro Matapacos, cacerolas y cucharones, banderas Mapuche, encapuchados y primera línea, comienzan a ser reproducidas como retratos emblemáticos de las manifestaciones, del mismo modo, los cánticos y consignas, de carácter político y social, intervienen los bordados mediante textos escritos, justificando o acompañando la imagen central: Todas las balas se van a devolver, El que no salta el paco, Chile despertó, Hasta que la dignidad se haga costumbre, son algunas de las representaciones que guían las protestas, socializadas y recuperadas a través de fotografías disponibles en redes sociales, van transgrediendo los limites verbales, productivos y de enunciación, mediante la acción colectiva e individual. Las puntadas de hilo en manos de mujeres reaparecen como ejercicios de resistencia y contención, aplicando soportes ajenos al imaginario del bordado, se problematizan las técnicas y las lógicas visuales propias de la emergencia cultural y sensorial actual, una forma de luchar, persistir y no olvidar se construye hilvanando fragmentos de memoria.
Autor: Martina Barroeta.
Lugar de Origen: Santiago.
Título: Toda la verdad y la justicia Florecerán.
Año: 23 de noviembre, 2019.
Técnica: Bordado sobre tela en kultrun.
Dimensiones: No informado.
Observaciones: Uno de los cánticos que permitió traducir el estallido social y se ramificó en las calles desde el 18 de octubre se titula Chile despertó. Una frase que revela años de represión y silencio, interpeló a millones de habitantes para demandar y exigir una vida más justa. De esta manera, el bordado Toda la verdad y la justicia Florecerán, conserva una de las iconografías principales que articulan las protestas en Chile, la representación de un ojo que florece al interior se constituye como símbolo de las movilizaciones. Al mismo tiempo, es interesante señalar que el soporte material en el que se dispone el bordado es un kultrun, el cual representa, en la cosmovisión Mapuche, la mitad del universo o del mundo en su forma semi esférica. Las posibilidades de interpretación podrían sugerir que la frase que configura el bordado, reclama una justicia histórica a los pueblos originarios, pero también a los D.D. en dictadura y a los D.D en democracia durante el gobierno de Sebastián Piñera.
Autor: Karen Schemeisser.
Lugar de Origen: Santiago.
Título: Hasta que la dignidad se haga costumbre.
Año: 22 de octubre, 2019.
Técnica: Bordado en tela, sobre bastidor.
Dimensiones: No informado.
Observaciones: Chile es uno de los primeros países en América Latina donde se registran cacerolazos masivos. En 1971 durante la Unidad Popular, mujeres y niños salieron de sus casas para manifestarse en contra del gobierno de Salvador Allende, producto del desabastecimiento de suministros y largas filas para poder acceder a ellos. Bajo la dictadura de Augusto Pinochet, y específicamente en el año 1983, los sectores populares se apropiaron de esta forma de protesta para denunciar la represión en las calles. Sin embargo, ha sido el presidente Sebastián Piñera quien registra dos revueltas populares con cacerolas en mano. El año 2011, en el marco de las demandas estudiantiles, se convocaron cacerolazos masivos en diversos territorios de Santiago. En la actualidad, desde octubre de 2019, las cacerolas vuelven a sonar con más fuerza a lo largo del país. Hasta que la dignidad se haga costumbre, expone una correspondencia entre la palabra y la imagen. ¿Qué podría sugerir mayor significado que la olla y la cuchara para exigir una vida más digna? Existe además una tercera relación, muy sutil, pero profundamente reveladora, el hilo que se debería cortar al terminar la palabra costumbre, ejerce una continuación que adquiere cierta resistencia a ser consumado, y que vuelve a hacer eco en la frase, Hasta que …, no se termina de bordar, no se termina de cacerolear, no se termina de luchar. (Instagram ay.palomay)
Autor: Valentina Castillo
Lugar de Origen: Santiago.
Título: Ladraremos por Dignidad
Año: 5 de noviembre, 2019.
Técnica: Bordado en tela, sobre bastidor.
Dimensiones: No informado.
Observaciones: El denominado Negro Matapacos se ha trasformado en un ícono de las movilizaciones desde el año 2011. Durante las protestas estudiantiles era posible observar al quiltro chileno agredir a carabineros, y mantenerse firme junto a los encapuchados frente a los carros lanza aguas. Imposible de pasar desapercibido con su pañuelo rojo amarrado al cuello, el Matapacos muere el 26 de agosto del año 2017 por causas naturales, sin embargo, será durante el denominado estallido social, que la imagen del canino vuelve a irrumpir e invocarse en las calles y en el recuerdo de los manifestantes. Una imagen de resistencia e identidad se corresponde con la raza del animal: El quiltro, como sinónimo de indigente, de marginado, de mestizo, interpela nuestra ascendencia, perdida, arrebatada, mutilada y velada durante 500 años por los poderes facticos del Estado chileno. Ladraremos por Dignidad insinúa esa mezcla que somos todos, pero solo algunos conseguimos percibir, la evidencia que ha existido siempre, pero elegimos olvidar o simplemente callar. Apelando a la técnica del bordado, es interesante contemplar el entramado de hilos de colores negros y blancos que evidencian aquel proceso lento, consciente y, sobre todo, fino que encarna el trabajo textil, calculando y respetando el lugar de cada color que interviene de forma casi lúdica, en la figura de un perro, el querido y respetado Negro Matapaco. (Instagram insanitnice)
Autor: Daniela Contreras Flores
Lugar de Origen: Santiago.
Título: Bandera Chilena.
Año: Octubre, 2019.
Técnica: Bordado en tela sobre bastidor.
Dimensiones: No informado.
Observaciones: Entender la fragmentación como un símbolo de sublimación y rebelión sobre aquellas ilusorias estructuras identitarias. La bandera como emblema de conquista, explotación, tortura, genocidios e infamia, se desprende de cada una de sus partes como síntoma agonizante y doliente que espera galante, el momento justo para volver a tejer cada una de sus estructuras en lo que podría consolidarse como una nueva constitución.
Autor: Katherine Suil.
Lugar de Origen: Santiago.
Título: Me siento segurx cuando NO están.
Año: 26 de octubre, 2019.
Técnica: Mixta. Estampado impreso en blanco y negro/ Bordado sobre crea cruda en bastidor
Dimensiones: No informado
Duración: 4 horas
Observaciones: Muertes, torturas y violaciones a los DD. HH., son algunos de los fatales hechos ocurridos en el contexto de estallido social por las FF.EE. Me siento segurx cuando NO están, apela al terror y desamparo de una institución que confiamos, no volvería a manchar sistemáticamente sus manos con sangre, sin embargo, retomamos nuevamente en el inconsciente la imagen represora y violenta de quien nos dispara. El denominado paco traidor interviene la producción textil a través de una impresión en papel, a plano medio, para enfatizar el fusil que utiliza para disparar. Lo interesante del bordado es la técnica mixta que se compone de papel, crea cruda e hilo. Existe una manipulación del hilo sobre papel que media concretamente sobre el fusil, en pequeños fragmentos de hilo color rojo que también incide en la frase para acentuar la palabra No. También es posible advertir que el rostro del sujeto armado, pierde identidad al ser recortado antes de la impresión, insistiendo en aquella estrategia visual que tiende a cubrir o borrar su fisonomía para asemejarlo a un otro cualquiera, pero de la misma institución. Uno de los detalles que conservan los bordados de Katherine tiene relación con la fecha inscrita en la crea cruda, que, en forma de diario, se organizan como un registro de entereza de la propia memoria. (Instagram kath.witch)
Autor: Valentina Castillo.
Lugar de Origen: Santiago.
Título: Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía.
Año: 26 de noviembre, 2019
Técnica: Bordado sobre tela
Dimensiones: No informado.
Observaciones: Un hito dentro del movimiento feminista fue la performance realizada por el colectivo interdisciplinario lastesis el 25 de noviembre de 2019, Día Internacional de la Violencia Contra las Mujeres. Un violador en tu camino es el nombre que recibe la intervención realizada por Daffne Valdés Vargas, Sibila Sotomayor Van Rysseghem, Paula Cometa Stange y Lea Cáceres Díaz, que, a través de coreografías, música electrónica, y vendaje en los ojos, alzaban la voz en forma de denuncia por la violenta tradición patriarcal que traspasa los espacios públicos y privados. Exaltar la performatividad a un cantico que interpela directamente al macho opresor y violador, involucra acción y lenguaje entrelazados y consumados por decenas de mujeres que replicaban, en distintos territorios de chile y el mundo, las injusticias que sufrimos solo por el hecho de ser mujer. Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía, fragmento de la canción producida por el colectivo, nos interpela a todas y a todos. Se nos eriza la piel, se nos aprieta el estómago, al escuchar, ver y entender que la falta no es nuestra sino de quien viola, mata, y agrede física y psicológicamente. El bordado plasmado en la ropa interior de mujer funciona de manera inmediata, no necesitamos ni siquiera comprender el contexto en el que la frase se erigió por vez primera, para comprender que el daño producido por ese otro, siempre tuvo y tiene una justificación que recae en nuestra culpa por provocar, por ser irresponsable, por ser promiscua. El hilo rojo que se utiliza para bordar ese pequeño trozo de calzón color blanco, demanda herida e inocencia, donde el hilo se desborda al caer de las palabras, como esa llaga que nunca cierra y siempre sangra en un recuerdo palpable, insistente, de no tener justicia, aunque el violador eras tú. (Instagram insanitnice)
Autor: Katherine Suil
Lugar de Origen: Santiago
Título: Chile llora sangre
Año: 11 de noviembre, 2019
Técnica: Mixta. Bordado sobre crea cruda en bastidor / Visillo hervido
Dimensiones: No informado
Duración: 7 horas
Observaciones: Las cifras de estallidos oculares en Chile, desde el 15 de octubre hasta el 3 de diciembre, suman 241 casos de ojos mutilados por FF.EE. Una práctica sistemática que el gobierno ha puesto en duda, no puede sino provocar impotencia y sufrimiento. Iniciar la exposición de bordados con el ejercicio de Martina Barroeta Toda la verdad y la justicia Florecerán no es casual. El ojo que florece ante el cantico Chile Despertó se corresponde con la pérdida de visión provocada arbitrariamente en contra del pueblo chileno. Los ojos forman parte de aquella fragilidad y sensibilidad que tiende a su composición, pero también a la acción que realizan, el lenguaje que hablan y los sentimientos que experimentan. Una pregunta se hace palpable en el aire: ¿Qué tanto vieron esas personas para que el gobierno chileno decidiese arrebatarles la visión? Chile llora sangre forma parte de uno de las intervenciones más potentes de la selección, el trabajo realizado tiene una duración de 7 horas, esto porque existe un proceso anterior al bordado que consiste en hervir trozos de visillos envueltos en piedras pequeñas, para darle forma de ojos. De esta manera, se extrae la piedra y quedan los visillos abultados para continuar con el tejido del iris y la pupila, y posteriormente tejer estos sobre la crea cruda. El hilo rojo denuncia y destaca la palabra sangre, al mismo tiempo que de los ojos brotan trozos de hilo del mismo color. Lo interesante de trabajo de Katherine, además del proceso de producción, es que los ojos y las vibras de hilo sobresalen hacia el exterior de la crea cruda, esto permite generar una intervención con textura y movimiento. Al mismo tiempo, insistir en el bordado día 25 que alude a una continuación y persistencia del trabajo textil en forma de diario. (Instagram, kath.witch)
Por Luciana Zurita
[1] Esther Valdés (1897 -1908), dirigente obrera y feminista chilena, trabajó como obrera corpiñera desde 1897. Su lucha tenía como objetivo mejorar las remuneraciones, lograr seguros médicos y denunciar las jornadas laborales de 14 horas diarias, durante los siete días de la semana.