Personajes de lo abyecto

Una de las escenas que hasta el día de hoy recuerdo con apremio aparece en la película de Disney La espada en la piedra. Madam Mim, la bruja malvada, descubre a Arturo de intruso al interior de su cabaña en medio del bosque. “La bruja loca”, doblada al español por Maruja Sen, canta en un tono realmente perturbador. Su voz rasposa denota vejez y locura. En esta escena, Madam Mim, demuestra su gran manejo de la magia oscura, transformándose frente a Arturo en una joven de voz madura y belleza hipnótica. Especialmente espeluznante es el gesto con el que la bruja vuelve a su cuerpo original. Se tira el cabello canoso y emerge desde el centro de la belleza, la fealdad.

En esta película, la magia tiene un lado oscuro, que es Madam Mim, y un lado luminoso, personificado por el mago Merlín, el clásico personaje de los cuentos infantiles. Merlín evoca sabiduría y al mismo tiempo, con un atuendo sencillo, lentes pequeñitos y un sombrero puntiagudo, ternura. Madam Mim, en cambio, produce algo muy distinto. Pese a que viste de rosado y usa un vestido para nada malvado, el contraste entre su vestimenta infantil y su fealdad, produce un efecto perturbador. Ahora, sin ánimos de desmantelar el argumento de la película, cabe cuestionar estas representaciones de la vejez y preguntarnos algunos porqués. ¿Por qué son tan distintos estos dos personajes? ¿Por qué da la impresión de que hemos visto a Madam Mim en muchas otras películas con otro nombre?

Tiene sentido que en muchas historias el conflicto sea entre la infancia/juventud y la vejez. Después de todo, desde la perspectiva de un niño, lo terrorífico es crecer. Personajes como la madrastra (La Cenicienta), la vieja bruja (Hansel y Gretel), la profesora cruel (Matilda), son algunas de las formas más simples que toma la representación de la vejez como lo malo. Lo interesante es que estos personajes, pertenecientes a los cuentos infantiles, también se encuentran en la ficción adulta, especialmente en las películas de terror. 

Antes de mencionar algunos ejemplos del cine, quiero ahondar en la dicotomía entre juventud y vejez. En su ensayo Los Poderes del Horror, Julia Kristeva habla del sentimiento de la abyección como un rechazo a aquello que perturba un sistema, un orden. Respecto al cadáver, ella dice: “[éste] -visto sin Dios y fuera de la ciencia- es el colmo de la abyección. Es la muerte infestando la vida. Abyecto. Es algo rechazado del que uno no se separa, del que uno no se protege de la misma manera que de un objeto. Extrañeza imaginaria y amenaza real, nos llama y termina por sumergirnos”[1]. Bajo esta descripción, creo que es posible establecer que nuestro rechazo a la vejez proviene también del miedo a la muerte, el miedo a la inutilidad y a la fragilidad. La vejez es una muerte en vida en la sociedad occidental. ¿O acaso no cuestionamos la lucidez de los ancianos todos los días? ¿Y no hay miles de ancianos abandonados en centros de salud? ¿Acaso nadie se alegró de que el COVID-19 los estuviera matando a ellos, y no a nosotros?

Una de las maneras en que el cine de terror ha sabido explotar nuestra aversión a la vejez es utilizando el personaje de la vieja bruja o “the hag”, como se conoce en inglés. Es importante mencionar que este personaje no necesariamente tiene poderes, mas bien cumple con la característica de ser un personaje femenino y decrépito que, en oposición a la juventud, exhibe una falta. Falta de bondad, falta de belleza, falta de juventud. “Desde la anciana en la tina, que induce a Danny a un estado catatónico en la película The Shining (1980), de Stanley Kubrick, a la terrorífica Sylvia Ganush en Drag Me to Hell (2009), la mujer anciana solo ha servido para instaurar el miedo y terror en la audiencia cinematográfica”[2]. 

Vayamos ahora a una película más reciente de la que seguramente habrán escuchado. Se llama X (2022), del reconocido estudio A24. Esta película hace un increíble trabajo explorando la vejez como tropo de terror. Todo comienza con un grupo de jóvenes que poseen todo lo que la juventud otorga: esperanzas, sueños, belleza y sexualidad. Cuando llegan a la granja de una pareja de ancianos para rodar una película porno se instala una tensión valórica. Pero esa es solo la punta del iceberg. La primera escena realmente inquietante no es violenta ni terrorífica. La anciana, llamada Pearl, y la protagonista, Maxine, beben una limonada en silencio. Pero de pronto queda claro la repentina obsesión de Pearl con la joven actriz. Más tarde explica que ve en Maxine a alguien especial, llena de vitalidad y ambición. “I was young once too”, le dice a Maxine. El conflicto interno de Pearl es doble: por un lado, tiene un deseo sexual reprimido, que más que solo sexo, en realidad es un deseo por sentirse joven otra vez, y por otro lado, la frustración de haber vivido una vida que nunca quiso. 

Aunque la película hace bien en plantear el tema del deseo sexual en la tercera edad, es importante no caer en la trampa de ver la sexualidad de Pearl como lo terrorífico. La película busca engañarnos y completar el miedo con sensaciones similares: lo grotesco, lo desconcertante, el asco. Juega con el sentimiento de lo abyecto al mostrarnos cuerpos ancianos (maquillados para exacerbar su fealdad) que todavía desean, y más aun, nos muestra el cuerpo desnudo de Pearl tocando el de Maxine. El cuerpo de Pearl como “aquello que no respeta los límites, los lugares, las reglas”. La película también juega con la noción de que la vejez es envidiosa, siendo ésta un sentimiento adjudicado a las mujeres más que a los hombres. Gracias a esto, dentro de todo el caos y toda la violencia en X, la película resulta verosímil y perturbadora porque utiliza a su favor dos falacias populares sobre la vejez: (1) los ancianos no tienen sexualidad, (2) los ancianos envidian la juventud. 

Una sensación de abyección similar es quizás la que busca Barbarian (2022) en sus escenas más chocantes. El origen del terror en la película proviene de una madre/criatura que vive aislada del mundo en el subsuelo, y secuestra personas por pura carencia afectiva. Esta persona sobrehumana (producto del incesto posee un cuerpo fuera de lo normal) muestra actitudes amorosas, contrarias a su apariencia física. La imagen de su cuerpo desnudo y feo, pero amoroso al amamantar a sus rehenes resulta sumamente perturbadora. Más allá de la violencia física, el constante suspenso de la trama y el sometimiento de los rehenes, la escena que nos muestra su obsesión por ser madre existe para cruzar el límite del terror a lo abyecto. El sentimiento es similar al que produce una singular imagen en Hereditary (2018), donde vemos la maqueta de una habitación y al interior la figura de la abuela con un seno expuesto dándole leche a su nieta, Charlie. Es el extrañamiento y el terror (de lo próximo) que produce un cuerpo desnudo falto de belleza y juventud, y que en estos casos, es imperfecto y senil.

  1. Hollybotox

En la vereda opuesta existe otra vejez, una vejez retocada y glamorosa que empuja al máximo el límite de la edad a través de la apariencia. Esta es la vejez de Hollywood y el mainstream, una ficción que se nos aparece en las pantallas grandes y pequeñas, en los comerciales y en las revistas. Es mínimamente invasiva, altamente eficaz.

En la cultura occidental americana, que querámoslo o no, influye en una buena parte del mundo, el rostro de la mediana edad y la tercera edad ha pasado a ser el del botox y el lifting. Las arrugas fueron reemplazadas por pieles lisas y sonrisas extrañas. Ojos hundidos al centro de un rostro estirado. Estos procedimientos casi nunca pasan desapercibidos; la vejez, sobre todo en el mundo de la clase alta, es quirúrgica.

La presencia de estas nuevas apariencias se multiplica con rapidez, sobre todo en la generación que hoy está alcanzando los 60 años. Nuestros padres vivieron en carne propia el boom de algunos procedimientos estéticos, como los implantes mamarios. Para la socióloga Ruth Holland, la popularidad del aumento de senos y otras cirugías que exacerbaba la curvas femeninas se explica gracias al pensamiento post-feminista que emergió en la década del 80. “Se trató de una reapropiación de la sexualidad femenina, en respuesta al patriarcado y al propio movimiento feminista”[3].

Hasta los años 60, las cirugías estéticas se realizaban casi estrictamente con motivos médicos, no estéticos. Todo el conocimiento quirúrgico estético se lo debemos a los cirujanos que trabajaron en la rehabilitación y reconstrucción (física y estética) de los veteranos de la segunda guerra mundial. Hoy en día, prácticamente lo único que se interpone entre alguien que quiere una cirugía y la posibilidad de tenerla, es el dinero. Incluso el pudor y el secretismo que mantenían los pacientes hace quince o veinte años, hoy es confrontado con una actitud opuesta. 

Es muy común encontrar en Tiktok miles de videos que comparten jóvenes y adultos mostrando la odisea de una cirugía plástica, como el BBL (levantamiento de glúteos brasilero) o el bucal fat removal (eliminación de grasa bucal). Esta actitud transparente frente a las cirugías tiene consecuencias positivas y negativas. No es novedad el peso social que tienen los estándares de belleza en todas las personas, pero en especial en las mujeres. Por supuesto que la normalización de estos procedimientos estéticos pueden disminuir la ansiedad de alguien que no ve otra salida para mejorar la relación con su cuerpo. Pero es obvio que la normalización también genera una sobre-confianza o subestimación de ciertos procedimientos como el  botox. De acuerdo a la Sociedad Médica Americana, la toxina botulínica, o botox, fue el tratamiento (por lejos), más realizado el año 2020 [4] y una encuesta del 2022 a miembros de esta asociación posiciona este tratamiento como el primero en la lista de los tratamientos no invasivos preferidos con los pacientes. Sin embargo, cada día se publican más papers con estudios a largo plazo de los efectos del botox en la salud.

Pese a la normalización de la cirugía plástica mínimamente invasiva, hay todavía un límite social extraño, difuso. Es el que traspasó Madonna, por ejemplo, al menos durante unos días u horas en las que su rostro se vio excesivamente hinchado producto de un procedimiento estético. La discusión en torno a Madonna y esa fotografía que causó revuelo tenía muchas capas, pero en realidad el punto más importante siempre fue la incomodidad: Madonna ha pasado por muchísimos procedimientos quirúrgicos (para los morbosos está el video del Dr Gary Linkov en Youtube) ¿Por qué de pronto la gente tuvo algo que decir? En la foto que se viralizó, Madonna se veía mal, se veía fea, e incluso algo deforme. Definir cuál es el límite entre el rostro hinchado de Madonna y el rostro de Jeniffer Coolidge, por ejemplo, me parece en realidad imposible. Y no me sorprendería que la actriz que en este minuto es alabada por su trabajo, pasara de pronto a ser sujeto de una discusión estética y moral respecto a sus decisiones quirúrgicas. 

Lo que intento decir es que la discusión debe darse en un área gris, alejándonos tanto del terreno moralista (“el cuerpo es el templo del espíritu santo”) como del individualista (“cada uno hace lo que quiere con su cuerpo”). En una reciente entrevista, la ex-supermodelo Linda Evangelista habla sobre su arrepentimiento tras una cirugía que arruinó su apariencia. Afirma que la publicidad la persuadió a realizarse el tratamiento. “Esos comerciales de criolipólisis estaban en la televisión todo el tiempo, en CNN o MSNBC, una y otra vez preguntando ‘¿Te gusta lo que ves en el espejo?’. Me estaban hablando a mí”, dice. Ciertamente existe una presión social por mantener una apariencia juvenil lo más posible; mientras más jóvenes somos, más años tenemos para entregarle a la sociedad. Para las mujeres la ilusión debe ser doble, juventud y belleza van de la mano, y hoy por hoy, estos conceptos aún definen nuestro valor social.

El nombre inglés que se le ha dado a esta presión es ageism. En español no existe una palabra aceptada, algunas traducciones que se pueden encontrar son “edadismo” o su descripción: “discriminación por razones de edad”. De acuerdo a la periodista Judith Graham, este tipo de discriminación “ocurre cuando una persona se enfrenta a estereotipos, prejuicios o discriminación producto de su edad. La suposición de que todas las personas mayores son frágiles y co-dependientes es un estereotipo común e incorrecto”[5], agrega. 

La serie de Netflix, Grace & Frankie, obtuvo mucha atención al momento de su estreno debido a su tratamiento de temas como el edadismo, sexismo, feminismo, y por presentar una amplia perspectiva sobre el amor, la sexualidad y la amistad en adultos mayores. Uno de los más interesantes giros de la trama ocurre cuando las protagonistas deciden hacer un negocio vendiendo vibradores para la tercera edad –su tecnología previene el dolor causado por la artritis–. Al momento de anunciar la noticia a sus hijos y ex parejas, Grace habla con orgullo y rabia: “Estamos haciendo cosas para la gente como nosotras porque estamos cansadas de ser miradas en menos por gente como ustedes”. 

Ciertamente, la invisibilidad es uno de los problemas que el adulto mayor enfrenta regularmente, tanto en la esfera pública como en la privada. Después de la jubilación, el adulto mayor es considerado un gasto para el estado. Un artículo de CNN devela la discriminación por edad en el área médica, mostrando que durante la pandemia hubo discusiones sobre el uso de la edad como un criterio para la alocación de los escasos recursos y tratamientos médicos disponibles, así como una preocupación por profesionales de la salud ante la explícita discriminación por edad en las directrices de la asignación de recursos y decisiones. Volviendo a Grace & Frankie, no es casual que la primera respuesta de las protagonistas frente a la invisibilidad haya sido crear una empresa. Para ellas, en especial para Grace, su valor depende del éxito económico.

La sobre valoración de la productividad deja atrás a todo quien no logra subirse al carro del progreso –que por lo demás va tan increíblemente rápido– que seguramente no tardará en dejar a mí generación (caigo en la Z por un pelo) atrás. En este tipo de sociedades, llamadas pre-figurativas, la juventud progresa mientras los ancianos luchan por adaptarse a los cambios igual de rápido que sus nietos. 

Después de esta conversación quizás quedan más preguntas que respuestas. Eso es bueno, porque la verdad es que las preguntas sobre la vejez no son hechas muy a menudo, y las respuestas son siempre en función de problemas específicos: pensión y salud. El miedo a la muerte sigue presente en nuestra relación con la senectud y como sociedad parece que nuestra respuesta a ese miedo no ha sido enfrentarlo, sino cubrirlo. Cubrirlo con oportunidades y objetos por montones que la adultez valora desmedidamente. Lo cubrimos con avances tecnológicos también, que prometen alejar la muerte lo más posible, dilatar la aparente juventud hasta el límite de la piel.

Nada de ello va impedir el avance del tiempo, entonces por qué no plantearnos cómo incluir de mejor manera a los ancianos en nuestra sociedad; o, dicho de otro modo, ¿cómo nos incluimos en nuestra sociedad? Pensemos en nuestra vejez, superemos las películas de terror.

Por Josefina Frías

 

Textos citados

[1] Kristeva, Julia. Los Poderes del Horror. Madrid, Editorial Siglo XXI, 1988.

[2] Richards, Jennifer, 2018, Book Section, “Mirror, mirror on the wall, who is the ugliest of them all?” The Elderly as “Other” in Countess Dracula Elder Horror: Essay’s on Film’s Frightening Images of Ageing. McFarlane, United States of America, pp. 128-137. ISBN 978-1-4766-7537-4 Item availability may be restricted.

[3] Cerini, Marianna. “From supersized to a more natural look: The evolution of breast implants.” CNN, 22 April 2021, https://edition.cnn.com/style/article/evolution-of-breast-implants/index.html. Fecha de acceso: 19 de Mayo 2023.

[4] American Society of Plastic Surgeons. 2020 National Plastic Surgery Statistics. https://www.plasticsurgery.org/documents/News/Statistics/2020/plastic-surgery-statistics-report-2020.pdf. Fecha de acceso: 19 de Mayo 2023.

[5] Holland, Oscar. “Linda Evangelista stars on new Vogue cover, opening up about disfiguring cosmetic procedure.” CNN, 19 August 2022, https://edition.cnn.com/style/article/linda-evangelista-british-vogue-cover/index.html. Fecha de acceso: 19 de Mayo 2023.

[6] Graham, Judith. “Seniors decry age bias, say they feel devalued when interacting with health care providers.” CNN, 17 October 2021, https://edition.cnn.com/2021/10/17/health/age-discrimination-khn-partner-wellness/index.html. Accessed 19 May 2023.“Ageism and COVID-19.” American Psychological Association, 6 May 2020, https://www.apa.org/topics/covid-19/research-ageism. Fecha de acceso: 19 de Mayo 2023.

[7]“This 17 year old makes $50k a month selling slime | How to get rich” https://www.youtube.com/watch?v=MT2uOpBb2Uk&t=46s&ab_channel=Channel4Entertainment. Fecha de acceso: 19 de Mayo 2023.