Poesía

Canto y plegaria a la impresora de una posta central 

Eres la primera que se enciende cuando lo demás se apaga  Máquina impresora que caminas sin demora  Sobre el follaje blanco que a tus pies acomoda  El operario de la posta y sus dedos de arrastre  Eres testigo del cruel ejercicio de la vida   Imprimiendo lo enfermo que estamos  Imprimiendo

Reseña

La viga maestra

“La vieja viga maestra que se vino abajo estaba apoyada sobre una canción” dice León Felipe en un epígrafe a este libro de conversaciones con catorce poetas que publicaron —o que comenzaron a publicar— luego del golpe militar. Se termina de leer con la sensación de haber visitado archipiélagos o

Cine

Vastedades: Apuntes sobre Nomadland (2020)

La última entrega de Chloé Zhao hila recodos, comunidades y ofertas salariales. Basada en el libro con el mismo nombre del año 2017, la película se encarga de entregar tridimensionalidad a lo cartografiado por la escritora Jessica Bruder sobre migrantes que se desplazan y trabajan –por temporada– a lo largo

Reseña

Antología del disparate

Ayer me pasó ese reiterado fenómeno lingüístico de escuchar una palabra y luego verla repetida en cosas distintas, como si la palabra, que antes no necesariamente estaba dentro de las que escuchamos o ejercemos cotidianamente, se esparciera por el aire colándose en cada cosa que escuchamos o leemos. Quizás se

Poesía

Se ofrece

Le ofrecí de todo de polizón me ofrecí o de esclavo –por ejemplo bajo su falda   a corazón abierto le ofrecí loco mis sueños los de papel mis desgastados arpegios mis gaviotas de invierno mi barco sin timonel   le ofrecí todo de todo le ofrecí mis pies descalzos

Poesía

Mi ojo tiene sus razones – Poemas de José Watanabe

Una de las grandes novedades del 2020 en el ámbito editorial chileno fue la antología que realizó la editorial ariqueña Aparte del poeta peruano José Watanabe (1945). Fallecido hace ya 13 años, hijo de un migrante japonés y una mujer del norte del Perú, hereda el desarraigo como ánimo y

Cuento

Tierra Firme

La tierra era firme solo hace tres pasos, el barro maquillaba la punta de mi pantalón tieso. El lugar parecía conocido, además de los suelos empantanados y algunas vacas, habían árboles de albaricoque que aún no florecían del todo. Es primavera, pensé, recordando los últimos meses de frío, arrinconado en

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