Serpientes y escaleras ¿Quién soy cuando aborrezco mis quehaceres, hastiado de su ínfima valencia? ¿Quién soy cuando me asquean mis creencias: puñado de banderas disidentes? ¿Quién soy cuando me apenan mis saberes a causa de mi escasa inteligencia? ¿Quién soy cuando descubro mis carencias, y el pánico me embiste y
Leonard Fife es una especie de mezcla entre Frederick Wiseman y Werner Herzog, un gringo autoexiliado en Canadá para supuestamente evadir la guerra de Vietnam, un cineasta dedicado al documental político con destellos formales (para evitar ser catalogado como un cineasta de National Geographic). Fife es actualmente un cineasta canonizado,
SOBRE ESTAS COSAS Sobre estas cosas yo siempre seré una tonta. Algunos visten sus silencios más que como a un vestido, más que en la superficie de la piel. Yo cargo los míos como a una cicatriz que se esconde por vergüenza. Hablo desde profundidades que no
El loteo interior es todo lo opuesto a lo que ves desde las avenidas. Líneas trazan divisiones irregulares, patios interiores en los que a veces es difícil comprender dónde inician y dónde acaban, mucho menos desde dónde se accede a ellos. Frente al primero después de esta ventana hay una
Qué es un poema, si acaso es bueno —cómo suena y se ve en general, el tipo de temas de los cuales se ocupa— todo esto, ¿desde cuándo? Desde poco tiempo después de comenzada la historia que conocemos, estas cuestiones han sido mundialmente tratadas por hombres, con algunos aportes de
Con Pablo somos amigos. Si lo cuento acá, es para dejar la idea de que hablamos mucho. Parte de nuestras conversaciones están guiadas por una intuición. La de que en su disciplina, la historia, y en la mía, el psicoanálisis, hay más que unas pocas intersecciones. Una para comenzar: la
I. Últimamente todo empieza por una excusa, por el mecer de los barcos en una bahía nunca vista. Es como el catálogo de embarcaciones de Homero: llena el tiempo. Un tiempo que no tenemos. Sin embargo, hay un gusto a sal. Halcones peregrinos escalan el aire, sólo para arrojarse
Supo haber una tarde del año 1813 en la que John Keats leía a Spencer cuando, de pronto, la cara se le transformó, y entonces Keats —cuenta Fleur Jaeggy— “se irguió en su pequeña estatura y parecía grande y poderoso mientras repetía los versos que lo habían impresionado”. Si la
Apenas quedará la arena Los padres de mamá se mueren como se desvanece la espuma de las olas: susurrando lento, sin pasión. Ella heredó manos para el entierro quiero decir, para enmarcar fotos de sus difuntos en casa junto a mi primer día en la escuela y cumpleaños favorito
Tras unos versos de lectura descubro que el poeta ha llenado su espacio de animales. Leo peces, perros, pájaros, cangrejos, más peces, más perros, más potros. Leo insectos invisibles. Leo algas, incluso un bagre. Leo los animales y su pasión por el alba. Y todo esto, engastado, rodeado de