El loteo interior es todo lo opuesto a lo que ves desde las avenidas. Líneas trazan divisiones irregulares, patios interiores en los que a veces es difícil comprender dónde inician y dónde acaban, mucho menos desde dónde se accede a ellos. Frente al primero después de esta ventana hay una
Qué es un poema, si acaso es bueno —cómo suena y se ve en general, el tipo de temas de los cuales se ocupa— todo esto, ¿desde cuándo? Desde poco tiempo después de comenzada la historia que conocemos, estas cuestiones han sido mundialmente tratadas por hombres, con algunos aportes de
Con Pablo somos amigos. Si lo cuento acá, es para dejar la idea de que hablamos mucho. Parte de nuestras conversaciones están guiadas por una intuición. La de que en su disciplina, la historia, y en la mía, el psicoanálisis, hay más que unas pocas intersecciones. Una para comenzar: la
I. Últimamente todo empieza por una excusa, por el mecer de los barcos en una bahía nunca vista. Es como el catálogo de embarcaciones de Homero: llena el tiempo. Un tiempo que no tenemos. Sin embargo, hay un gusto a sal. Halcones peregrinos escalan el aire, sólo para arrojarse
Supo haber una tarde del año 1813 en la que John Keats leía a Spencer cuando, de pronto, la cara se le transformó, y entonces Keats —cuenta Fleur Jaeggy— “se irguió en su pequeña estatura y parecía grande y poderoso mientras repetía los versos que lo habían impresionado”. Si la
Apenas quedará la arena Los padres de mamá se mueren como se desvanece la espuma de las olas: susurrando lento, sin pasión. Ella heredó manos para el entierro quiero decir, para enmarcar fotos de sus difuntos en casa junto a mi primer día en la escuela y cumpleaños favorito
Tras unos versos de lectura descubro que el poeta ha llenado su espacio de animales. Leo peces, perros, pájaros, cangrejos, más peces, más perros, más potros. Leo insectos invisibles. Leo algas, incluso un bagre. Leo los animales y su pasión por el alba. Y todo esto, engastado, rodeado de
Guirnalda Porque tiene el corazón roto y después muere su madre, D y F se arrancan con ella por el fin de semana. El lugar al que van es un panal. Abejas surcan las calles y la noche. Abejas amontonadas, zumbando, brillantes y ansiosas, abejas erráticas como navegantes, abejas chupándose
Los poemas de este libro, Diario de ida, son sin título. Aparentemente sin título. La autora prefirió que el primer verso de sus poemas fuera el modo de llamarlos en el índice. Tal vez no desea entregar más pistas que aquellas que van encadenándose verso a verso en nosotros, sus
La primera vez que pronuncié su nombre fue por casualidad. Habíamos estado viéndonos durante cierto tiempo pero yo nunca la había llamado por su nombre: ni entero ni en diminutivo. Y quizá hubiese seguido así hasta que, obligado por el azar, tuve que hacerlo: iba por la calle chateando con