Cuento

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Botánica

Doña Florentina salió al jardín, cortó unas flores del malvón más grande y juntó unas ramitas secas del pino. Tuvo que pasar por encima del diente de león. Para ella siempre había sido plaga, pero Josefa le atribuía poderes curativos. Ya que tanto le gustaba, arrancó un puñado. Entró y

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Las de a mentis

Tengo una grabadora de Hello Kitty ¿Te acuerdas? En ella solíamos escuchar mi disco de Shakira los viernes por la tarde. Si algo no ha cambiado desde que tengo seis años es que esa grabadora es mi posesión más preciada, recordatorio de una vida en tonos rosas y bailes en

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Todos tenemos un vacío

Tenía en su pecho un prominente agujero. Prácticamente lo atravesaba de un lado a otro. Su diámetro era de unos 10 centímetros y se hallaba, justamente, en medio de su esternón, paralelo a sus pectorales. Para cualquiera esto implicaría variados problemas; fortuitamente, su cuerpo se había adaptado a la “deformación”

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Querida Selva

Todo empezó con un splat. Una onomatopeya. Y de ahí no hubo vuelta atrás. Después de probarlo, ya no. Necesitaba más y el precio comenzó a borrar las líneas punteadas. Ahora solo importaba ver. Estaba cansada de escuchar los pasos, reconocer la voz, poder nombrar las emociones en ella, tocar

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Ruido Blanco

La policía tuvo que acordonar el muelle para que la Guardia Costera pudiera llegar con la lancha. Aun así casi todo el pueblo se había reunido en los alrededores, como siempre que pasaba cualquier cosa. Danilo –que como vive cerca consiguió un buen lugar desde temprano– nos hizo señas a

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Satori

De lo que sucedió aún no logro entender nada y a la vista de los hechos todo se vuelve muy confuso. El domingo me levanté a eso de las diez, como siempre. Vivo solo y me gusta aprovechar el aire cálido del día si hay sol en primavera. Me gusta

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No soy Eróstrato

Un hombre se levanta al alba. La madrugada es fría, y el sol tenue comienza su ascenso lento sobre el cielo gris. Lava su cara con agua helada para luego vestirse calmadamente. Su cara permanece inexpresiva, y sus ojos recorren la habitación con la indiferencia de la cotidianidad. Ordena la

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Paredes blancas

Existen veces en que su cerebro no funciona. En que las palabras no salen de la manera en que le gustaría. En que los caminos de su mente no se detienen y corren y corren y realmente no se puede concentrar en nada porque todo está tan disperso que no

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Comida china

Esta historia me la contó mi amigo de la infancia, Julio Baeza. Fue lo último que supe de él. Hace años que no lo veo. Una mañana, sin previo aviso, dejó un par de cartas, escritas a mano en hojas de cuaderno, debajo de la puerta de mi casa. Después

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El secreto de los confines

A las cuatro cerraban el bar, y el reloj, ese antiguo de la Orange Crush que lleva treinta años colgado en ese antro, nos indicó que faltaban cinco minutos y aún esperábamos que el Rulo volviera del baño. Con lo que le costaba mear, dos minutos eran, con suerte, poco

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