¿Cómo suena el futuro cuando se escribe con algoritmos? Utopian Frequencies, el álbum compilatorio de 65daysofstatic, ofrece una posible respuesta.
65daysofstatic, originarios de Sheffield, se formaron en 2001 y pronto se hicieron un nombre en la escena post-rock por su mezcla de guitarras intensas y programación electrónica. Con discos como The Fall of Math y We Were Exploding Anyway fueron expandiendo los límites del género, hasta convertirse en una referencia obligada dentro de la electrónica experimental.
El proyecto Decomposition Theory
Utopian Frequencies reúne piezas de doce EPs que formaron parte del proyecto Decomposition Theory, una serie de entregas mensuales que exploraron formas de composición generativa, lanzados en 2020 —año bisagra para nuestra sociedad moderna—. De ese mismo proceso nació un álbum gemelo y contracara más sombría: Disquiet, con las composiciones menos optimistas.
Sonoridad retrofuturista
Dominado por la electrónica, pero profundamente anclado en estructuras que remiten tanto a la música clásica como al post-rock —ese género que la banda siempre ha sabido estirar hasta el límite de sus propias definiciones—, el disco puede describirse como “futurista”. No es casual que ellos fueran los encargados de musicalizar el videojuego No Man’s Sky, una experiencia que invita a explorar un espacio «infinito».
Sin embargo, bajo esas capas también resuenan ecos del pasado: sintetizadores ochenteros que otorgan una cualidad retrofuturista, con los pies en el ayer y los ojos en el horizonte. Una banda sonora ideal para romper convenciones de cualquier época.
El diálogo con los algoritmos
El núcleo del álbum es el diálogo entre creación humana y algoritmos. Las composiciones parecen tomar vida propia, como materia primigenia sobre una placa de Petri: se desarrollan de forma orgánica y sintética a la vez, expandiéndose en atmósferas y matices densos. Las canciones sugieren imágenes abstractas y pasajes cinematográficos que evocan tiempos nebulosos.
En algunos momentos, la acumulación de capas puede resultar abrumadora o hermética, como en los tracks Ghost Club o Ptolyweird. No es un disco que busque la inmediatez: exige paciencia del oyente. Esa densidad es, a la vez, su mayor fortaleza y su posible límite: cuando Rounds aparece con su estilo más medido y remitente a la música dance o DJ sets, ese respiro se aprecia.
Un viaje en tiempos de incertidumbre
Como los exploradores espaciales de No Man’s Sky que navegan universos proceduralmente generados, el oyente se adentra en paisajes sonoros que se revelan gradualmente. En cada escucha se entrelazan pandemia, incertidumbre, miedo y esperanza, quizás todo resumido en la última pista del disco: Pollen. Su breakbeat frenético deja paso a un minuto de sintetizadores que se van evaporando hasta la calma absoluta.
En un momento donde la inteligencia artificial y la música generativa ocupan cada vez más espacio en los debates culturales, Utopian Frequencies funciona como un experimento adelantado a su tiempo. No plantea un reemplazo de la creatividad humana, sino una colaboración: una alianza donde el azar computacional se combina con la sensibilidad de la banda. Define, por declaración artística, que la IA puede ser una simple herramienta en el proceso creativo.
Sonoridad algorítmica
Con este proyecto, 65daysofstatic continúa afianzando su identidad mientras explora territorios sonoros cada vez más complejos. Guiados por la experimentación, pero con un control absoluto sobre su ejecución, ofrecen un álbum desafiante incluso para sus fans veteranos.
Más que un álbum, Utopian Frequencies es un laboratorio sonoro. En él, 65daysofstatic no solo reafirman su lugar en la música experimental, sino que apuntan a un horizonte donde la creación artística será cada vez más híbrida, compartida entre humanos y máquinas.
Por Mauricio Carrey
Foto de portada obra de Romare Bearden
Ficha técnica

Año: 2024 • Duración: 48 minutos • Tracks: 10 • Sello: dustpunk records
Disponible en: Bandcamp, Spotify, Apple Music
Canción recomendada: «Kmf», carta de presentación perfecta. Glitches y melodías digitales resumen el caos perfecto de la banda. Porque detrás de la estática, hay esperanza.











