Ojo por donde pisas, los interminables llanos de nieve no siempre son sinónimo de pureza. La sopa caliente de un tono color sangre tiene ciertos destellos de una guerra fuera de campo. El aire sarroso colmado del eco de ametralladoras envuelve el paisaje fronterizo al este de Ucrania. “Camina con cuidado” es la sentencia impenetrable que guiará los cuerpos exhaustos, saber que la noche no es noche y que el día puede retroceder a un infierno irreversible es tan importante como alimentarse.
Tras dos meses de titubeo Nicolás Val logró sacar su cámara en medio del campo minado y retrató a los habitantes de rostros estoicos que parecen igual de duros que las moles soviéticas. Entre 2017 y 2018 hizo de recolector de imágenes en un vagabundeo por calles desconocidas que poco a poco, ya sumergido en dicho tejido social, se convirtieron en su hogar. Siempre consciente del conflicto fronterizo, Nico condensa esta contradicción, esa intromisión a contracorriente llena de apariciones y desapariciones. Hay desconfianza, y no precisamente del tipo fotografiado a fotógrafo, sino en la atmósfera, un ambiente trizado por el peso de la incertidumbre.
Ojo por donde pisas. Todo es incierto cuando cruzas el límite.
Fotografías por Nicolás Val
Edición, selección y textos por Rodrigo Vergara