“El poema de Ulises, o la Odisea” (1897) – H. P. Lovecraft ¡La noche era oscura! ¡Atiendan la lectura! ¡Y vean de Ulises la flota! Con trompetas sonando rumbo a casa llegando Espera saludar a su esposa devota. Por mucho tiempo combatió, a Troya sometió Y derribó sus fortalezas. Pero
¿Cuáles tres cosas no se pueden hacer nunca? Olvidar. Guardar silencio. quedarse solo. Muriel Rukeyser “¿Hay algo que valga la pena decir sobre un texto antes de lanzarse a su lectura?”, pregunta Juan Manuel Silva Barandica, reflexionando sobre el rol o sentido del prólogo, precisamente en el
El deshielo … Mi amor, yo no sé nada de eso, pero cuando trato de imaginar un amor inmaculado o el día de mañana, lo que oigo es el murmullo de corrientes subterráneas, lo que veo es un paisaje de piedra caliza. – W. H. AUDEN, Elogio de
A pesar del protocolo apagó los focos. Una leve estática acurrucó la noche. No sentía frío en su desnudez. Quedó de pie frente a decenas de televisores. Imágenes de casi intolerable fulgor. Todas en silencio. No está mirando ninguna pantalla. Solo recibe la luz absorto en su piel. Nunca antes
RADIO FANTASMA Hazme Una corona a partir Del maxilar de un oso Átame a un Ataúd hecho De piel de caballo Con un trozo de cuerda Anudado a una pluma De puercoespín Entiérrame bajo 20 pies de Nieve sucia Arroja un Vaso de tequila a
ABALORIOS 1.- Por discreción, y para sortear la superstición generalizada de que la vida de una persona es objetivable, voy a recurrir a nombres falsos. Una memoria es también una invención, un artificio articulado con la emoción: las cosas tal como las siento. Sospecho que una buena biografía es menos
A veces la idea de un poema es mejor que el poema mismo. La idea de un lugar, en cambio, cómo lo imaginamos, cómo lo habitamos. Cómo pensamos en las distintas posibilidades que transmite un espacio físico. Todo un enigma. Cuando Karl Brunner, el arquitecto austríaco (no
¡Tan feliz que hace la marcha! Me ataranta lo que veo lo que miro o adivino lo que busco y lo que encuentro. G.M., “Hallazgo” En una carta de 1951 a Doris Dana, Gabriela Mistral declara: “Vagabunda, eso he sido yo, llámenme hasta gitana, viciosa de rumbos locos, o bobos
Herencia Todos se precipitan a mi alrededor. Todos se derrumban. Me buscan en la intimidad, desesperados. Le han forjado huesos a mi nombre. Le han tejido arterias, nervios, ligamentos, venas. Lo han llenado de vísceras, de carne y sangre y aire y agua… Buscan pronunciarlo justo en el bautismo
No creo más que en la caída de estrellas Sobre los puentes que descubro 1 cementerio de vidrios : el ex bendito chiquero : Se ha quedado dormido el olor de tanto tractor sangrante / donde quiebran la cintura los campamentos gitanos / Huellas de mí que cuelgan