Llenar la boca del cuchillo sujeto de vidrio
impide amanecer dice buen día calla
por dentro cierra las rosas que no muestren
primaveras con cortinas envuelve la herida
no sangro para despertar a mi madre
sino que siga la huella casi blanca ella concentra
el sueño desterrado dibuja lo esencial
figura parda obsceno talante casi nocturno
de la mesa cajetilla abierta designio en humo
espontánea llama al centro del ronquido es alarma
deseosa mientras enciendo la casa me pregunto
mañana cuando no estén
a quién robaré?
Párpado verde un cartel detalla pelo quemado
detén motor cuesta abrir boca quitarle
moledor hombro catado hueso o costillar
sin respiro obtengo cien pesos suenan dos
monedas mi pie gasta suelas hervidas habitan
parches curitas la espalda dolo
detrás de las mesas no disponen descorchador
ni el trauma del padre sin teatro celebro
obsesión de una sola palabra antes
de abrir los ojos con cortinas negras
que no alarman los días las doce
un vaho cantor selvático dos aves
salen sin pisar dedos crujen no digo
vengan venden sonidos remueven frenos
avenidas abrazo curvo de íntima ropa
no tapar no cargar fantasmas con rostro conocido
tener miedo a quien baña su espera
Resuelve un río invitar piedras telaraña incordia luz
separa aguas al deslizar tierra concentro triste
los ruidos ayer otra vez olvidé todo
apuntes de nacer futuro no los alcanzo
¿qué puede nacer dentro de la boca?
Si no impacta desliza lesión o separa los huesos
solo impide el curso lastima no oír
cuanta dificultad ha demorado en crecer el tímpano
atraje de puntillas ese baile lagarto llora el cuadrado pasillo
no hay escape no hay alarmas no hay aviso
corona la arquitectura del rojo esferas de hora y media
dan casa a un duende el arbusto seco chalequillo viste
dentro relleno estercolero pisar ratones en nado
sorprender pantuflas cuando rieles prenden himno
terciar muros primero son dientes luego matricular acuarios
De esta parte del río su rostro ha cambiado ladera
incompleta no permite cruzar más desolada
escarpada músculos insuficientes contra la corriente
orillas que ya no son iguales a las que vio mi abuelo
muchachos toscos han abierto camino
doce palos sin punta dan vacío al terreno
que cosas se dicen cuando bajo tumba
gravilla ermita pasa sangre y agua no hay
árido a quien rezar una palabra por contrabando
vasta de astillas saneará callosidades útil la ruina
ese color contado al final del águila rito
de comienzo es ciudad pronto mece niño
serpientes da de comer a fotografías a la cabeza
separada tripula almohadas vienen de la luna de 1994
Por Álvaro García Hernández
Fotografía de Larry Sultan