Serpientes y escaleras
¿Quién soy cuando aborrezco mis quehaceres,
hastiado de su ínfima valencia?
¿Quién soy cuando me asquean mis creencias:
puñado de banderas disidentes?
¿Quién soy cuando me apenan mis saberes
a causa de mi escasa inteligencia?
¿Quién soy cuando descubro mis carencias,
y el pánico me embiste y me somete?
No más que el menos diestro de esta tierra,
ni menos que el más sabio de estos seres.
Si acaso un niño de tímida suerte
que juega entre serpientes y escaleras.
No más que la tristeza más espesa,
ni menos que la dicha más alegre.
Si acaso un ave de cantos endebles
que añora el vuelo de sus alas viejas.
Fauna
Bajo llave celo un sable
mientras púlome las zarpas
entre botellas sedantes,
salmos, pactos y plegarias.
Bajo llave, una catana y
más de seis mil tempestades
que al unísono cabalgan
una marcha consonante;
toman ritmo los graznidos
y el barrito de mi fauna,
concertando un estampido en
caravanas desbocadas
hasta que recae la noche en
una intolerable pausa
de berridos que se esconden
tras el filo de una daga.
Bajo llave, una cascada
de palabras innombrables
que atesoran la esperanza
de volver a pronunciarse.
Sin saeta
No es la sal de su recuerdo
lo que me quema por dentro,
ni es el frío gris e inerte
lo que temo de la muerte.
Es el filo del silencio
que quedó tras su destierro;
la promesa cruel y agreste
de su ausencia permanente.
¿Menester no es bien amar
ante todo mal querer
hasta ver cicatrizar
las llagas bajo su piel?
¿Menester no es olvidar
las heridas del ayer
para poder encontrar
un lugar donde volver?
Hoy prefiero navegar
sin saeta ni bajel;
naufragar en soledad,
abrazar su desnudez.
Hoy voy a reconciliar
mis designios con mi fe,
como lágrima en el mar
que olea al atardecer.
suvenir
no quepo aquí
ni quepo allá
¿en dónde estar?
no soy de aquí
ni vivo en mí
¿adónde ir?
¿acaso ni
mi dios pueril
reza por mí?
no soy de aquí
ni soy de allá
lo he de aceptar
…
mi aliento no es
más que un febril
grito abisal
mi sol es si
bemol de la
gunas de sal
mi cuerpo no es
puerto ni mi
silencio hogar
galopo en sín
copa mi sín
toma voraz
…
no quepo aquí
mi ahínco gris
no encuentra afán
que tras partir
se inicia un fin
lo entiendo ya
mi ser de mí
se ríe de sí
si intento entrar
si soy un bis
vil su ve nir
de mi ciudad
Por Alan Vázquez
Fotografía por Henry Wessel