Apenas quedará la arena
Los padres de mamá se mueren
como se desvanece la espuma de las olas:
susurrando lento, sin pasión.
Ella heredó manos para el entierro
quiero decir, para enmarcar fotos de sus difuntos en casa
junto a mi primer día en la escuela
y cumpleaños favorito vestido de superhéroe.
(Nadie tiene el poder de salvar a sus amados).
Los padres de mamá son el cielo
quiero decir, el techo de zinc que está a punto de desplomarse,
su lengua incapaz de pronunciar con atino,
el tumor vigilante que le larva la cabeza.
Sé que pronto llegará la hora de hibernar en el agua,
de romperse entre las viejas rocas,
de usar las manos que habré legado
no por naturaleza sino por costumbre.
Mamá nunca será una espuma
con ella se desvanecerán las olas
y después, lentamente, yo,
quiero decir, todo el océano
entonces mi ruido
será el mismo que el de mis muertos.
desnacer
si miras en mi interior
podrás hallar todas las tumbas
que encierran mis órganos
fríos
sin utilidad
con ánimos de nada
existo porque me pariste
por lo demás
soy sólo restos
un milagro roto
madre,
sigo en este mundo
donde no lograste darme (a) luz
los hijos de mi padre están muertos
es que papá nunca me enseñó cómo sucede la vida cuando uno ha tenido tanto
y perdido
de qué manera se pone la máscara uno
para hablarle a otro que ya sabe de esta cabeza
que miente en el lugar de la palabra
con qué gesto uno atraviesa lo cotidiano
con qué movimiento recorre uno el mundo para buscar algo que signifique
cuando la frialdad del ser ha masticado las fronteras
es que nunca me enseñó a mirar
mirar en el espejo sin sentir pena ni lástima ni culpa ni abismo
mirar cómo se engulle el silencio porque es lo único que dura lo único
que no rehuye lo único
lo que las ánimas que lamen los platos sucios de noche
han decidido no aprender
es que papá nunca quiso ser papá y en eso
siempre tuvo la razón
otra vez es navidad
vuelvo a esta fecha donde todo está lleno de voluntades gangrenadas
como si el fin de año fuera el paso a una nueva vida y mejor
ahora el mundo parece acabarse
pero no hay volcanes ni terremotos ni tormentas ni tsunamis como nos hicieron creer
sólo esperanzas rotas no queriendo morir y sin embargo muriendo
debajo de la cama infantil (sus sábanas del hombre araña)
con miedos llorosos y disimulados que no son cosas de hombre
vuelvo aplastado por el techo del cielo azabache donde es delito tener nubes
anhelando volar solamente para decir que vuel(v)o
bajar mangos del árbol de la casa familiar que cortarán el primer lunes de enero
al amanecer
aunque pronto
los anhelos se me olvidan
¿cómo le digo a mi hermano que tengo la sangre gris y que debo cortarme para hacerla nuevamente roja
que mamá es quien compra sus regalos y los envuelve y los trae y por eso son baratos
que se lleva los dientes de leche para cambiarlos por sacrificios y dinero
y qué papá se fue sin su chaqueta favorita pero él nunca vendrá por ella?
abuela
otra vez es navidad
llevo mucho tiempo deprimido
pero no se nota demasiado
por primera vez
soy bueno con los secretos
Por Johan Reyes
Fotografía por Shoji Ueda