ESPEJOS CIRCULARES
Una vez me tradujo al francés
un ingeniero forestal
que plantaba encinas
en Catalunya
era joven
estaba enamorado
repoblaba de árboles
un bosque quemado
me dijo que cada árbol
era una palabra
un trozo de papel
le traducía mi libro
a su amada
para enamorarla
la traducción me gustó
era la mejor que había leído
“el libro dice lo que yo quiero decirle”
me escribió
(no existía Internet)
Al final la enamoró
publicaron la traducción
la mejor que yo había leído
Nos tomamos un café en el viejo Zurich
de la Plaza Catalunya
era joven
era guapo
era dulce
y no conocía
el Infierno de Dante:
Paolo y Francesca
-cuñados-
leen juntos los amores adúlteros
de Lancelot y la princesa Ginebra
“cuando Lancelot besó sus labios,
éste, que siempre nos acompaña,
besó los míos y
esa tarde, ya no leímos más”
Después se casó
tuvo un hijo
y ya no me tradujo más.
Había entrado en el infierno.
ANNA
Otra vez me tradujo una poeta de Berlín.
Había estado enamorada de un español
sabía muy bien lo que hacía.
Sólo tuvimos un disgusto
acerca de un dibujo de Max Ernst
El dibujo se llamaba (en castellano)
Aquí todavía todo está flotando
y ella quería saber si flotaba en el mar
o flotaba en el aire
porque en alemán son verbos diferentes
“Comprende las limitaciones de mi idioma”,
le dije admirada de la precisión del alemán
“El dibujo te lo has inventado, no lo conozco,
no existe” me dijo como una severa Ama
germánica de fusta y cuero negro
Empleó tres días en rastrear todos los archivos
hasta encontrar el nombre del dibujo de Max Ernst
a esa altura yo ya medio me había enamorado de ella
y ella, medio de mí
paseábamos juntas por la Kudamm
atravesábamos en metro la estación del muro
contemplábamos los cisnes del Wansee
y escuchábamos a Bach
nos enamoramos tanto que respondía por mí las entrevistas que
me había
la televisión de Berlín
una vez nos citamos en un discreto hotel
de Alexanderplatz
pero al final
no fuimos a la cita
porque ella tenía marido
y yo tenía una amante
no queríamos complicar la traducción.
El libro se publicó en Berlín
y ya no me acuerdo cómo se llama.
De ella me dijeron que se divorció
dejó de escribir poemas
y está encerrada en un loquero
Le mandé un mensaje
“Aquí todavía todo está flotando”.
ESTADO DE EXILIO
Otra vez me tradujo
una presa, una presa blanca
del penal de Texas.
Le habían dado veinticinco años
por ayudar a escapar a una negra
Aprendió español
no tenía acceso al ordenador
yo le mandaba cartas
que primero leía la oficial del Penal
como los oficiales había leído las cartas
que yo mandaba a mi madre
en tiempos de dictadura.
Así son las cosas,
Marilyn Buck
le dije
Ella tradujo Estado de exilio
yo le mandé una carta
y una postal de Barcelona
con los monigotes de Gaudí,
Parque Güell
intercambiamos fotos
me pareció una blanca honda
y fuerte,
aguerrida
una mujer convencida de lo que hacía
(veinticinco años por ayudar a escapar a una negra)
El libro lo publicó City Lights
Los activistas negros
hicieron un acto en una librería de San Francisco
Marilyn Buck no pudo ir
por estar presa
yo tampoco fui
el acto poético ya había pasado
el día en que Marilyn Buck, del penal de Texas,
aprendió español
para traducir Estado de exilio.
ADVENIMIENTO
Después me tradujo
una americana
de Washington
nacida en Montevideo
hablaba el mejor inglés
desde la época de Shakespeare
pero no encontraba la palabra
justa
para traducir “advenediza”
Tradujo I am the outsider
y yo que no sé inglés
no lo acepté
cómo mierda querés
que traduzca advenediza
me dijo por teléfono
un teléfono intervenido
por su marido
-experto en telecomunicaciones-
que sospechaba que éramos amantes
con todo fundamento
aunque ella se dejara matar
antes de admitirlo
Advenediza es una hermosa palabra,
le dije,
viene de advenir,
del advenimiento de la Virgen María,
desde cuándo sos católica
me replicó
aún así
aunque no soy ni católica ni apostólica
ni romana
la palabra adevenediza
es una palabra hermosa
más allá de lo que significa
y la traducción que hizo
ganó un premio importante en USA
el Awards Prize of Book
que no nos dio ningún dinero
pero nos invitaron a Princeton
donde ella se emborrachó
contemplando las fotografías
en la pared
de las viejas promociones de estudiantes
donde estaba la del padre de John
su marido
es raro ver llorar a la mujer que uno ama
mirando la foto antigua de su suegro
me parece que me puse un poco celosa
y ella un poco borracha
“Creo que voy a llamar a John
a contarle que encontré la foto de su padre
en Princeton”
me dijo
yo no super si el whisky la había enternecido
o era que quería despistar a su marido
así que no dije nada
nada de nada
y me tragué el whisky.
Nos dieron el premio
nos hicieron entrevistas
aunque no nos dieron dinero
que era lo que me importaba
ella regresó a Washington
yo me emborraché en el avión
y luego nos separamos
sin encontrar la palabra justa en inglés
para traducir advenediza.
Poemas por Cristina Peri Rossi
Corresponden al libro Playstation (2009), publicado por la editorial española Visor y galardonado con el Premio Internacional de Poesía de la Fundación Loewe.