36,5º
A pesar de todo.
Y quizás.
Si puedo.
Así vivir.
28º
Todo gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira gira
Se mueve todo
35,5º 37º
Me ha estado pasando que tengo que salir como sea/ a la hora que sea/ de la casa/ tengo que salir/ del letargo que me provoca estar aquí sin moverme/ de esta comodidad contraproducente/ que me tranquiliza y angustia/ porque no avanzo en mi vida/ avanzar/ como me vería yo avanzando/
29º
A veces siento.
Siento que.
Esto que yo digo letanía es abandono. No de cualquier clase, es el más profundo pero aceptado. Es como tirar una piedra a un pozo y escuchar lo que dentro. Me aterran los ojos de este abismo. Como pidiéndome explicaciones. Me encantaría que fuese ese y no este el abismo que me aterra.
31º
La sugerencia idiota de esperar antes de subir al tren hiere a cualquiera que ande solx a las diez en la noche un veinticuatro de diciembre o en otra fecha en que la familia se vuelva a posicionar como la institución máxima, donde diciembre es la época para rendirle culto.
Todas las sillas vacías, y sin embargo la voz del metro repite sin sentido que este lugar tan pequeño y de paso estuvo hasta el techo de gente y ahora no están más embotellados aquí. Están embotellados igual, pero allá con sus familias. Están vaciando el centro, llenando las periferias. Y yo apenas aquí ocupando espacio que ahora se me regala. Apenas ocupando espacio acostumbrada a la eficiencia del vagón.
Qué torpe. Ojalá estuviera lleno para qué y por fin, el ruido nos ensordezca a todxs juntxs los sentidos, los recuerdos, las felicidades, las llegadas, las partidas y las carencias. Me siento mejor cuando me veo entre la gente semiconsciente, entre desconocidxs esperando no sabiendo qué.
34º
Tengo fuerzas hoy. Aunque hay veces en que no puedo ponerme la ropa en la mañana. Me duelen las junturas, me rasguñan los hombros. Los hilos de los costados me duelen la espalda. El abrigo pesa tres veces más esos días.
34º
No puedo perder tanto tiempo en la autopista. Los ruidos de las puertas son terribles cuando se abren y cierran. Miro por la ventana, busco si hay alguna pieza sin engrasar o algo que explique el ruido. No hay nada. Todo está perfectamente echado a perder. Insuficiente porque el vidrio no se rompe, suficiente porque funciona.
Como nadie se da cuenta. Me concentro bien en la pantalla del celular para no responderme si esto es normal. Me está bajando la presión. El ruido. Es. Es mucho. Siempre fue así de fuerte. No me daba cuenta.
No es poesía. Esto no es poesía.
32º
Con grandes vórtices y sin tormentas, el peligro es el silencio. Sin los cambios estacionales, el tedio convierte los metros en kilómetros que sitúan este recinto en medio de largos minutos de nada, en extensas oraciones omitidas y quizás impronunciables a esta altura, donde todo es insuficiente para la vida. Estamos a 4.300 metros de silencio sobre el nivel del mar. Durante el día, lxs que viven ahí no abren las cortinas para que no entre el aire caliente. En verdad no entra aire. Y aunque se sofoquen dentro, es la única manera de mantenerlo frío. Se pronostican sobre 400 grados de temperatura, sin probabilidades de precipitación y con remolinos gigantes de viento. Salga con cuidado.
29º
Conservo mis pensamientos con la intención de darles continuidad. Porque no se alcanzan los primeros con los segundos y los que les siguen. Parece que no pienso. Parece que choco y me enredo, entonces como ciega también, voy y van en otra dirección.
36º
Veo lo que de lejos alumbra, pero que cerca quema fuerte a quienes están cerca mío. No sé si viene o si soy yo quien se acerca como torpedo al lugar, donde también soy yo lo quemado.
Con los años aprendí que esta es mi forma inconsciente de transmutar; prenderme fuego a mí misma.
31º
Hay veces que me veo estando tan mal, agotada y entonces vacía, como en estado vegetal, entre que descanso esperando algo y sin poder moverme. Es ahí y en ningún otro lugar que se está tan mal, en donde la única alternativa que queda es estar mejor.
37,8º
No quiero estar, quiero ser un cuerpo congelado que recibe y transmite nada. Nunca. No. Jamás.
30º
Intenté ridículamente y en vano, irme a las tres de la mañana /cómo?
Para salir corriendo /a dónde?
Armando mochila /con qué?
Pensando en un uber /el gas pimienta se venció?
Estaría la estación abierta toda la noche / igual amanece en cuatro horas.
De no estar a urgencia /y de estar cerrada igualmente?
A la posta no /solucionado.
35, 5º
Medianamente sé que debería irme de acá. Que esto es lo que me hace peso.
Pero qué más si me gusta el drama. Así que me quedé y me encerré en mí misma, desterrada. Dramática. Para despertarme así con mi piel en las uñas.
35º
Hace unos meses tuve un accidente. Durante la noche me esguincé el centro de los pulmones, me rompí la espalda y eso dio paso a un silbido en el lado izquierdo del torso, o el esguince soltó un dolor alojado en donde respiro. Cuando inspiro lo retengo, es mi dolor. Si me estiro sé que sigue ahí.
Y hasta me alegro al comprobar que los antibióticos no lograron matar todos los bichos de mi bronquitis de dos meses, como si guardaran información que no quiero dejar ir.
33º
El simulacro que aparece todas las noches a la misma hora acelerándome el pecho, es un ritual cruel que me hago. Horas más tarde y con mi mente en las manos me voy al centro y me pierdo horas hasta que nada. Hasta que me canso de caminar y me vuelvo, para repetirlo mañana. Lo repito mañana. Lo repito mañana hasta que logre convencerme de algo, de lo que sea. Deambular cuando el ruido mental es tan grande me ayuda a bajar la angustia. El cansancio físico me devuelve a mi cuerpo, me hace ir a la par con mi cansancio emocional y eso he notado que ayuda a sincronizarme, dormir cuando duermo y estar despierta cuando tengo que estar despierta.
36,8º
Ya hay que dejar de darle color y energías a todo esto. Dejar el espectáculo de estar mal. La gente igual quiere descanso. Me dicen que deje descansar mi alma. A pesar de cuán divertido sea estar en el fondo hay que dejar de darle color.
Si no es tan terrible, puedo estar bien. Si he estado bien antes, así que puedo.
Sí.
Así lo repito mañana.
31º
Despertar fue como salir a respirar luego de demasiado tiempo bajo el agua. La luz que hace unas horas me borraba, ahora me traía de vuelta a mi casa. Me asusté estando en la calle. Supongo que esto debe ser traer la mente a casa. Por el contrario, si se trata de la conciencia observando a la conciencia no es divertido meditar entonces.
37º
Por miedo por rabia por enojo conmigo misma, por ser así, por no entenderme. No desde lo bipolar, desde la comprensión de que mis emociones relampagueantes hacen que el clima de mi tierra sea impredecible, con flores y animales venenosos. Porque puedo ser tóxica, retorcida, manipuladora y efectiva.
Y si se dan cuenta es sólo porque yo quiero que así sea. A veces puedo ser generosa hasta olvidarme de mi existencia. Y este es un punto grande en mi historia, olvidarme a mí misma.
36º
Este es un punto horrible de difícil, se pone en evidencia los miedos profundos y mis maneras sucias de encubrirlos. Se trata de vulnerabilidades y heridas de años, que potenciados con un pésimo ambiente emocional cotidiano me llevaron al auto exilio que hicieron volverme loca.
Pero retomo. Borré toda mi música depresiva o estúpidamente positiva, evasivas, sarcásticas. Todas, ni una sola sobrevivió. Reemplacé todo por música jipi y unos gustos que, en ese entonces, pensaba que me había heredado ese nefasto amor, no sabiendo que esa era una manera de no superarlo. Está demás ya decir que para terminar con él también tiré todo objeto alusivo. Ahora me doy cuenta que botar las cosas que me recuerdan a tal mala cosa es un ritual re-iniciador recurrente en mí, y me pregunto porqué me cuesta tanto admitir que soy extrema.
Ya, renové todas mis canciones de ida a la universidad y comencé la licenciatura, que me trajo un grupo de amigas cuando yo estaba muy atrapada.
36,5º
Me doy cuenta de lo poco que he escrito para lo mucho que siento ha pasado. Ya me cuesta, cada palabra quiero evitarla para que no quede registro de mis vergüenzas. Pero sé que hoy debo dar vuelta y comenzar de cero siendo honesta. Ahora veo claro y me doy cuenta de que este espacio de inactividad objetiva, fue el momento cúlmine de un periodo de años de excesiva actividad falsa. Ahora me tuve que detener en seco y realmente porque no puedo seguir así.
Ahora siento que todos los malestares de estos cinco años eran todo esto. Esa era en verdad mi inquietud en este periodo de reinserción. Ahora lo veo tan pero tan claro, todo este malestar, y especialmente los cuadros de ansiedad de noche, las crisis de pánico y angustia son por el miedo y la rabia de encontrarme conmigo, con la realidad que yo me he construido. Me he encerrado porque no quiero hablar del tema con mis amigas y me sedo para no sentirme. Y me quiero ir de la casa porque quiero escapar de mi yo de antes, evasiva. Quisiera ser otra persona. Lo de olvidarme de mí fue una excusa para no rehacer mi vida. Usé a mi padre como excusa para evadir inseguridades. Y ahora no puedo ni quiero mirarlo, le echo la culpa de mi estado. Voy a tomar dos medidas, voy a continuar .
33º
Después de llorar tanto. No entiendo estos escritos.
36º
Una amiga hace unos meses que parecieran semanas me respondió la pregunta sobre cuándo había comenzado a estar mal. Es que yo nunca he estado bien me dijo. Lo encontré durísimo y lúcido. Ahora la reconozco también en mí. Nunca he estado bien. Es que me cuesta soportarme, me cuesta vivir me cuestan las cosas cotidianas los automatismos, las cosas por las que nadie se pregunta.
36,5º
El desorden, en desorden se mantiene estable. ESTOY BIEN, suena sólido dentro de mí.
30º
Me siento mal, pésimo. Hay un sol afuera que me duele, me quema desde la piel, la espalda, la cabeza y los pensamientos. Pienso que el mate de la mañana me hizo pésimo. El polvillo se pegó en mi garganta, igual que las ganas de llorar. Pueden ser ganas de vomitar llanto, vomitar mi alma, vomitar mi yo herida.
Me avergüenza estar tan mal. Como cáncer morí luego. Quería morir luego porque cómo puede ser entretenido estar bien. Así que estoy mal porque necesito sentir algo. Así que estoy mal porque quiero y más adelante me arrepiento.
35,8°
Los días van avanzando a medida que se van borrando los anteriores. La negligencia de las pastillas cobra los recuerdos. Lagunas mentales ríos mares.
Todos los días,
años hacia atrás.
Borrados.
Imaginados.
Creo que estoy en los márgenes de mi memoria.
33º
Nos reíamos de la falsa promesa de que las pastillas te ayudan para superar una etapa difícil. Porque las pastillas son para estar mejor, son remedios y remedian algo que está malo. Me cuestiono qué cresta está mal. Claramente estoy mal yo y mi inconformismo.
Coincidimos en que las pastillas ayudan a que las neuronas no funcionen. Te sientes bien, porque no entiendes nada. Reímos al mismo tiempo, con la misma intensidad y en el mismo tono.
37º
Preferiría esclavizarme a un trabajo asqueroso y llegar cansada, derrotada a la noche. Tener algo concreto que odiar y hablar de eso en juntas sociales. No esta insatisfacción abstracta incolora inicua con sabor a nada.
37º
El otro día fui a una consulta con una vidente que no se cansaba en decir que mi infelicidad se debía, a lo poco amorosa que has sido contigo misma. Mira yo te aconsejo una cosa; decreta ser feliz. Yo decreto algo, lo que sea y me llega. No sé, un dulcecito y llega un paciente con un super ocho. Mira qué fácil.
Perdí una hora reloj de mi vida para ser echada de la habitación para que entrara la siguiente insatisfecha. Me fue develado dentro que mis ángeles se llaman Darío y Daniela, que en otra vida fui esclava africana llevada a Europa, que estuve atendiendo heridos de las bombas de Hiroshima y Nagasaki, y que debo decretar ser feliz para que la felicidad me sea concedida.
38º
Estoy severa, miento. Digo severa evocando a días anteriores en los que realmente lo estaba. Con tanta rabia y no poder agarrar un lápiz siquiera. Quiero que la micro choque y que nadie viva. Cuando frena casi en seco porque se atravesó un auto yo quiero que choquemos violentamente. Porque no puedo tomar parte activa en mi autodestrucción, así que me queda sólo desear mi muerte.
Cuando estoy severa destruyo todo. Todxs lloran conmigo y lloran por mi. Porque doy pena o porque abro heridas profundas. Que gracias a la intuición desarrollada en la infancia para explicarme en mundo. Hiero. Rasguño. Muerdo almas.
37º
Clona, copa de oro de la crisis por la que corren gramos de benzodiacepinas matando más neuronas que el vodka.
36,5º
Necesito sentir que las cosas avanzan, que están avanzando realmente. No es solo por fuera, necesito que se muevan capas bajas, como hacer circular el agua. Y este punto es importante porque ni los psiquiatras ni mi familia tienen razón en que mi principal mal es la impulsividad. Por qué no, o bueno quizás lo soy, pero en el listado de males el primero es la obsesión. Me obsesionan las transformaciones, los cambios, las resignificaciones y los absolutos.
36,5º
Yo digo que tengo la guata molida, el páncreas, los riñones, o algo que filtre las cosas tóxicas que se consumen para que no se devuelvan al organismo. Los exámenes dicen que está todo bien. Yo no creo en los exámenes. Creo que soy tan tóxica que metabólicamente mi cuerpo se intoxica a sí mismo.
35º
En un bolsillo llevo el japa mala y en el otro el pastillero. Así me iba a la ciudad. Mareada y asustada, pero iba. Afirmándome fuerte del pasamanos y cargando el celular como si fuera un libro. Por si tenía que pedir ayuda.
30º
Estoy cansada de tirar mi ánimo para arriba, me agota no ser feliz porque sí, no puedo conmigo. Hoy estoy en el suelo, me veo a mí misma en el suelo con la espalda al sol, como queriendo que algo se me cure.
30º
Cuando lloro las lágrimas salen como hirviendo quemándome las mejillas.
El llanto me quiebra los huesos del cuerpo.
El tórax se fractura y me duele, me duele tanto.
Las rodillas y los codos.
Mis manos.
Y lloro.
No sé si lloro por las fracturas o por pena.
No sé si ir al traumatólogo o al psicólogo.
30º
¿Se te puede fracturar el alma?
¿Es posible fracturar algo inmaterial como el alma?
¿O mi energía, se puede fracturar?
¿Se pueden fracturar las emociones?
¿Es posible que mi alma pese más que lo que pesa mi cuerpo?
Dónde está mi alma, que me la extirpo.
29º
Hoy me siento débil.
Como un resabio emocional.
Resaca de la crisis.
Malestar físico.
Dos fuerzas hacen presión hacia dentro de cada sien.
Mis huesos desvencijados los puedo escuchar chirriar.
Mis articulaciones crujen como cuando se camina por un piso viejo y estas tú en el primero escuchando la trizadura de las maderas.
35,5º
Me pregunto de nuevo por qué estoy mal.
Por qué tiritan mis dedos y mi muñeca cuando escribo.
Por qué tiemblo y mi esternón tiene un cosquilleo adormecedor.
Como preludio de otra crisis.
Por qué, si yo antes estaba bien.
Es extraño pensar en cuándo me voy a mejorar porque cómo una se mejora de una depresión.
Cómo una se mejora de un trastorno del ánimo.
Cómo te mejoras de la ansiedad.
De un trastorno de la personalidad.
No que cada personalidad es la manifestación de nuestra individualidad.
36º
De repente veo caminar mi razón directo hacia un desfiladero directo al fondo quieto y turbio, de demencia latente.
Estoy desesperada.
Qué hago si me vuelvo loca
35°
Volví al continente de la razón.
De la cotidianidad.
Y de la normalización.
Llevo a lo más 3 días y el pecho ya comenzó a silbar. El cuerpo a tambalear y a sentirse débil.
Fue bueno salir.
Sé que tengo que irme de aquí.
36,9º
Me fui al otro lado.
Me sigo.
Me siento ahogada . Me puedo hallar en varios lugares, pero no sentirme en casa.
En ninguno.
Y sé que hogar es nuestra gente.
Y yo no tengo.
Familiares.
Entonces sólo puedo viajar sola.
Ahí no me siento fuera de casa.
Me siento en casa, estando conmigo.
Sin urbes porque me quedan grandes.
Me quedo fija y me pierdo.
Me desespero.
Me apeno.
Me enojo.
Pero la trampa es que en todos los lugares si me quedo, me quiero ir.
Si me voy, extraño.
Siempre estoy extrañando algo futuro o pasado.
Pero la idea es que como no tengo norte,
mi norte sea ir hacia donde extraño.
La gente es una geografía ponente.
37º
Preferiría esclavizarme a un trabajo asqueroso y llegar cansada, derrotada a la noche. Tener algo concreto que odiar y hablar de eso en juntas sociales. No esta insatisfacción abstracta incolora inicua con sabor a nada.
Texto e imágenes por La Ambivalencia