Ambiente
Levemente el aire se impregna al paladar suave. Adentro el helecho crece, el tren tiembla, una pared se descascara. Enfocas tu delgada mirada e inicias el armado de un invernadero.
Las extrañas letras que murmuras se deshacen como gotas de merengue. Luego
empujas al río y empuñas el frío de su resonancia.
Didascalia de la humedad
Un nudo Flora, así es como puedo decir
mediante frases cortas pues
no hay otra manera
Flora se recuesta en el agua
ese agua ahora hierve
humecta las extremidades
esta noche, dice, cambio las sábanas
el agua hierve, dice, mediante frases cortas
la única manera de decir, dice, humecta las
extremidades, extremidades
El nudo al cuerpo lo mueves como
si el poema inerte que sostienes
de pronto te sorprendiera con un
chiste y una mirada que pasa
cerca del suelo
mueve la cabeza cerca del suelo, sus labios
casi lo pueden rozar
La flora daré espadazos bajo el agua
revolveré los lugares del sol
donde hay cosas que se le interfieren
moverán las extremidades rígidas
caminarán por los rieles del tren
la lluvia desgranará bruma
la iluminación por los canales
la blusa atropellada por los codos
aquello denso encapsula el cantar
enfrenta al respiro rodeado de respiros
las manos a la par
la inaudita vida sobre la vela
el camino polvoriento resuelto para el vestigio
Nudos los hilos al borde del ahogo
tiramos soltamos, cantamos al unísono
somos ciegos, cuadrados y planos
sudamos la melodía que quieras escuchar
estimada Flora, junto un saludo cordial, los helechos
derramados en el pasillo los hemos recogido
porque afuera llueve y somos la segunda voz
del viento que silba, por otro lado, astillas,
brisa derrapa susurras coordina
Por Olivia Cervantes
Fotografía de Sophie Calle