DEMASIADOS GRILLETES Y TAN POCOS MARTILLOS
Primero
te sacan las cadenas
luego te encajan
relojes
despertadores
calendarios
teléfonos celulares
televisión
computadoras
libros
un jefe
dos jefes
empleados
responsabilidad
una mujer
un marido
una razón
un corazón
mandamientos
o leyes
un dios
un presidente
una cultura
una bandera
palabras
palabras
palabras
o un poema.
Con algo siempre
te martillan
la cabeza
los ojos
oídos
muñecas
manos.
En cierto modo
somos Jesús
en la cruz
aunque no resucitamos
porque nunca morimos
del todo.
REIVINDICACIÓN SE ESCRIBE CON PÓLVORA
Quisiera reivindicar tu cara
cada arruga debajo
de tus ojos
cada callo de tus huellas
digitales
cada pliegue de piel seca
y tajeada.
Quisiera vindicar
tus huesos descafeinados
tus músculos blandos
tus arterias tapadas
quisiera ser tu calcio
el fuego de tu sangre
tibia y derramada durante tantas
masacres matinales.
Quisiera reivindicar tus pies
tus pasos
tus uñas encarnadas
tus baños de agua-sal
tus caminatas
a través
del amanecer
tus caminatas
a través
del atardecer
tus llagas
tu arteriosclerosis.
Quisiera vindicar tu pasado.
Esa foto en la que
parecías feliz.
Tu mente anestesiada
tu cerebro carbonizado
por tantas promesas
típicas de cocainómanos
y psicópatas
todo aquello que fuiste un día
quisiera que quisieras
reivindicar tu existencia
que juntos
una noche fría y sin luna
lluviosa tal vez
pongamos una bomba
en los agujeros
de todos los que alguna vez
te vendieron
y que apuntemos
a la cabeza de los farsantes
que hagamos historia
y venganza de la historia
con amor y dignidad
sin importar la pena de muerte
con una sonrisa
con una palmada en el hombro
con un abrazo en silencio
compartiendo un cigarrillo.
Hagámoslo por el hambre
por tu columna vertebral quebrada
por tu cansancio
por tu tristeza
por tu decepción
por tus sueños enterrados
en el jardín incendiado
por el niño que fuiste
y por los que vendrán.
EL TRATO QUE NUNCA FIRMAMOS
Dejás
todas las mañanas
leche condensada
en
las
almohadas
en las fundas
en las sábanas.
Todo lo que te roza
va a parar
a la basura.
Las medias
la ropa
los cabellos
los dientes.
TODO
Incluso
tu piel.
Dejás
todos los días
plusvalor
en las manos de alguien
que nunca vas
a conocer.
Todo lo que producís
lo terminás comprando
y
estadísticamente
lo terminás
cagando.
ESE ES EL TRATO.
Dejás
un corazón
roto
y cada vez que
cerrás los ojos
alguien los abre
porque
el cemento
es demasiado duro
para
soñar.
En algún momento de
tu vida
lastimás diciendo la
verdad
o la mentira.
Dejás
todas las noches
de soñar para
vivir
y vivís para trabajar
y trabajás para comer
y comés para vivir
y vivís para
morir.
El final nunca
es
original.
Dejás
de amar
para
poseer
algo que nació libre
pero que no cree
en la libertad.
Dejás
hijos para
que
dejen lo mismo
que dejaste vos
porque así
dicen que hay que
hacer
los que dejan
de hacer.
Eso es
todo lo que
dejás.
Por Enrique Antonio Rivas
Fotografía de Ikko Narahara