Trascender
Todo se quebró.
A través del flujo de la vida,
Trasciendo a lo desconocido.
Me invento un cielo, un suelo y un mar,
Para poder abarcar
Lo que en mi tiempo no ha ocurrido.
Me reflejo en el cielo, me recuesto
en el suelo, me baño en el mar.
Todo Aquello que desplacé
por dos títulos y una vida formal.
Trasciendo en forma breve,
insípida cuasi inexistente,
me redescubro breve e incipiente.
De rojo, azul y verde,
en las líneas de miles de tiempos,
en las brisas de mil vientos
A la falta de gravedad.
A paso largo,
Del negro al blanco
De lo blanco a la luz
De lo visible abrazar lo invisible.
Así, a paso ancho e irreversible,
Así como nace la palabra insurrecta,
Queda grabada en el recuerdo
De haber sido pronunciada.
Así, estallará mi forma
en mil vibraciones.
Calibrará las notas de mis canciones.
De rojo, azul y verde,
Bañada en luz tenue,
sacudo el poco polvo que sobre de mi vientre.
Poco a poco me acerco al fondo
Cuan hondo,
Cuan luego
Me acerco me desaparezco.
Todo se consolidó.
El soporte del cuerpo
El soporte del cuerpo segmentado
en trozos apretados
de carne y hueso,
se cae a pedazos, deshecho.
Súbitamente se te derrumba el ayer,
Empolvada, te desangras en polvo.
Lo insoslayable del ser llega a ser
en el multitudinario silencioso.
Al cegarse el día se acrecienta la densidad
del campo hegemónico del más allá,
ya atiborrado de humanidad,
Querida Morta, ¿A cuántas más acallarás?
Nace la Sujeta
En lo alto nace la Sujeta.
La Sujeta se cuestiona
si como palabra existe,
se percibe en su mente,
ella persiste como ente.
La Sujeta es escrita por sí misma a vista de quienes la reniegan.
La Sujeta sujeta las cavilaciones del ser en su lenguaje.
La Sujeta cae junto a sus letras recogidas por las otras sujetas.
La Sujeta se asemeja a la realidad transitada por el rango visible recorrido por mis ojos.
La Sujeta se circunscribe por sí sola:
Se pinta,
Se traza,
Se diagnostica como sujeta irrepetible en el espacio.
Nace de la palabra
Como inunda lo imperfecto.
Pendió durante siglos,
Y por fin,
Cae desde la lengua al papel
Y del papel a la lengua,
Y se edifica en carne sagrada.
por Carolina Benítez