El libro de Paredes no busca tener un mensaje sólido y claramente delimitado, por el contrario, busca ser comprendido como una heterogeneidad de discursos y referencias multidireccionales, como cuando los nacidos en los 80´s y 90´s guardábamos canciones al azar, sin orden temático ni índice, en los cd virgen que podíamos comprar en los almacenes de barrio, mucho antes de la era del Spotify. 

Los referentes de CD espirituada nos recuerdan a un estilo nostálgico de pop antiguo, como ecos que se mezclan con sonidos de lo local, lo actual, lo global y que pareciera tener como lector objetivo a aquellos que gustan de un estilo de escritura poética joven, donde los referentes variados y sin límites ni discursividades dominantes son la orden del día. 

Los poemas de CD espirituada emplean materiales tanto desechados como en vigencia. Menciona un juego versátil de soportes, como block de notas, libreta, chat, documentos. Por otro lado, juega con la irrupción de personajes cuyas voces se interrumpen y se muestran indefinidas. A su vez, podemos rastrear una voz que irrumpe entre estos poemas y se distingue por el uso de las cursivas que se nos aparecen en cualquier parte del libro, como si buscara generar una suerte de sorpresa impertinente que corta el verso del poema desde donde emerge, dado que nada tiene que ver con lo ya dicho. Veamos, por ejemplo, en “Gorro Vueltiao”:

(…) son esqueletos y esta extensión/un gran potrero, quizás/hasta donde alcancen a ver/ los mejores ojos del grupo/que eran los de paloma, yo creo, /nuestra amiga en ese entonces. / no sé si te arrepientes de algo/no sabes la suerte que has tenido.

O en “Mi sangre positivo negativo”:

el mundo emocional un estado de brisa/ corre por un peladero con cuidado/ de no caerse. El galpón está cerca/ perdimos la noción del tiempo (59)

Estas voces impertinentes son parte de la espirituada del libro, el eco de espíritus que lo componen.

El libro se encuentra dividido en siete partes. La primera se titula “Las naves que se fueron (sin ti)”, que nos hace fantasear con la idea de que quien lee o quien escribe ha sido abandonado en la Tierra, o algún ente extraterrestre es el que ha sido abandonado por sus compañeros en este planeta ajeno. El hablante finaliza cada poema con una fecha, como si fueran notas de un diario, pero no sigue un orden cronológico, ya que en medio hay un “marzo 2017” seguido de un “enero 2016”. Parte en “marzo de 1989” y termina en “junio de 2023”. “Versiones latentes”, “Versiones hechizas” y “Espirituada” no tienen fecha al final; no obstante, destacan por comenzar convencionalmente para, en cualquier punto, ser interrumpido por la voz en cursiva que desentona con el resto del texto. 

Posteriormente, viene “Docs en Kvpvka”, que alude a una antigua leyenda mapuche, donde perseveran fechas inconexas, referencias a lo natural, referencias al pop actual como Ariana Grande y Taylor Swift, como si éstas formaran parte de un paisaje local del desierto de Atacama. También introduce nociones orientales como el ying y el yang mediante la alusión al estampado Taijitu y nombra a la fauna endémica del Norte grande, como la añañuca. En el poema “Mejores vías” se refieren “ferias navideñas de la zona sur”, donde trasunta pobreza, comercio y precariedad. 

En “Venas del centro” se mencionan términos específicos que se han visto en la sociedad actual como bootleg, entendida como piratería y contrabando. Se la puede definir igualmente como una edición pirata, una grabación musical no publicada por el artista o su discografía, relevante en tanto que la música es un tema general del libro, de ahí el título mismo de este (CD espirituada). En el poema “Amante de los animales” se infiere cierta crítica de clase y al pensamiento tercermundista de países latinoamericanos. Respecto a este poema en cuestión destacamos el verso “fardos en los que ahora podemos sumergirnos”, que nos remite a prendas de contrabando de alta costura que sirven al comercio local. 

Los referentes asiáticos, ya sea japoneses o simplemente orientales, se encuentran desperdigados entre estos textos. Por ejemplo, menciona la práctica del “qi”, que es una práctica china tradicional relacionada a cultivar en equilibrio, o el “umami”, que es japonés y equivale a sabroso.

En “Chat de notas” menciona términos y referencias propios de la biodiversidad, como sotobosque, pájaros y bosque natural. En “Piedras energéticas” el hablante menciona piedras desperdigadas a lo largo de esos poemas, como la piedra de sal, la piedra de ara y la piedra de luna. A mi gusto, los mejores poemas del libro se encuentran al final de esa sección.

En “fin del amanecer y fin del episodio” se menciona al personaje de Tsumiki, que aparece en la primera temporada del conocido animé japonés Jujutsu Kaisen. Los lugares locales chilenos se trastocan con referentes del mundo asiático, del animé o la cultura contemporánea actual. Menciona a los “shiitake” (hongos comestibles muy populares en China y Asia en general) y a “la gyoza” (empanadilla propia de la comida china o coreana). En el poema “El ingrediente secreto de una economía actual” se percibe con más fuerza una crítica a la industria que provoca el consumo excesivo y la contaminación del mundo, factores que contribuyen a la alienación del sujeto contemporáneo. El hablante parece contrastar o relacionar una cierta sabiduría oriental de importación con el capitalismo salvaje, una mezcla de referencias espirituales de moda y el libre mercado. 

Me parece interesante el poema “Dembow espiritual de la República”, donde se hace perfectamente representativa la mezcla cultural y, además, una crítica al sistema de mercado. El término Dembow, como sabemos, se utiliza como sinónimo para expresar que llevamos el propio ritmo. Es un género musical de origen jamaicano y de República Dominicana, derivado del reggaetón y el dancehall. En términos generales, el “Dembow espiritual de la República” vendría a ser esta mezcla de referentes. El poema menciona las lluvias, la flora, la vegetación, aunada bajo el concepto de “ecorregión”, zona aprovechada tanto por la arqueología como por la industria automotriz y del plástico. En este poema se percibe una crítica a la espiritualidad liviana de exportación, a la vez es un juego intercultural que hace más grande el mundo de la interpretación. Representativo de esto es el uso del término “kodama”, al final del poema, que es un tipo de espíritu que vive en el bosque y su presencia es indicadora del buen estado de éste, parte del folclore japonés y que se ha popularizado a partir de su aparición en la película de 1997, La princesa Mononoke, de Hayao Miyazaki, o bien simplemente puede ser el nombre de algún restaurante de sushi en cualquier lugar del mundo. Cito:

en este punto lo único que importa/ es el recuerdo, me dijiste, estamos/ atrapados en el futuro mejor amigo:/ las noches electrónicas nos darán razón/ este espacio junto al sillón lo vamos/ a reservar para kodama y su manta, / y seguiremos representándonos con orgullo/ y también con mucha vergüenza.

En “Las tortugas se organizan en torno a la luna” el hablante parece rememorar los días pasados en la ciudad de La Serena, frente a un otro femenino al que parece apelar. Invierte en recuerdos que se mezclan con las características propias de la ciudad costera, la playa y sus rocas, junto con la interpretación de aquel o aquellos viajes desde su propia subjetividad. Cito:

“veranos gloriosos de plátano oriental/ seguías conmigo, graciosa y salada/ fluidos nocturnos y melón calameño/ en serio una puerta a otra dimensión”.

En “Veinte piezas de Tsumiki” se nota más que en otras secciones que los poemas parten como ya iniciados. Las referencias japonesas, como “Estudio Ghibli” (cine de animé japonés), “las risografías de taipei” (tecnología japonesa de impresión rápida) o de “ofuro” (baño caliente japonés) nos remiten a la influencia de la cultura del Japón, pero que se mezcla con los de la cultura local latinoamericana o chilena. Tomemos por caso el poema “Opinión de oso panda sobre el coligüe”. Bien sabemos todos que los pandas habitan en lo alto de las montañas del oeste de China, mientras que el coligüe es una gramínea que solo puede encontrarse en Chile y Argentina.

Finalmente, quisiera destacar de este libro un aspecto general que me parece interesante. Si bien los referentes empleados por el hablante pueden ser difíciles de identificar para cualquier lector milennial o anterior a este a simple vista, creo que guarda en su interior un ejercicio relevante para la estructuración de textos poéticos, en tanto que involucra una sobre exigencia para el lector muy propia de la literatura contemporánea en general y que las últimas décadas han ido exacerbando. Pienso que el lector activo que exige el libro lo obliga a construir los sentidos desde una subjetividad propia e incluso a renunciar al sentido, lo cual es un ejercicio de resistencia poderosa. Terminaré esta presentación con unos versos que involucran, de cierto modo, el sentir general del libro, que es el estar frente a un cúmulo de espíritus o voces que se entrecruzan y nos hablan en una escala de tiempo que desestructura la idea del pasado y del presente, donde coexisten las líneas temporales con la intención de interrumpirse y no desenredarse jamás, logrando un todo nostálgico y actual a la vez. 

…las cosas seguían/ igual parece, como si las nubes entraran/ por los vidrios rotos de las ventanas/ para ocupar tina cañería caldera/ y tomar control del sistema de agua. /como si entraran para humedecer/ algo muy seco que parecía querer ser/ humedecido. Como si fueran a hacer/ la desespirituada.

Por Greta Montero Barra

Sobre:

 

CD espirituada
Enrique Paredes Bassi
Editorial Aparte
Arica
2024
139 pp.