“Un ser extraordinario, algo paceña de corazón, alemana en cada hueso y, por contradictorio que parezca, aimara de alma”. Con estas palabras ha descrito a Blanca Wiethüchter el escritor Jorge Patiño, y parecen precisas al dar cuenta de la mixtura de talantes, o espíritus, que conviven en la escritura de
Un hombre riega el césped con la vista fija en el horizonte.* El agua cae sobre el pavimento. Se diría que el hombre riega fuera del tiesto. Mientras tanto reflexiona sobre su vida pasada, a ratos lo hace también sobre su vida futura, aunque cambia continuamente de dirección. Un profesor
Mandelstam era un magnífico conversador: no se escuchaba y se respondía a sí mismo, como hacen ahora casi todos. En la conversación se mostraba educado, ingenioso y hablaba de temas infinitamente diversos. Nunca le oí repetirse o echar mano de temas trillados. Osip Emilievich tenía una capacidad extraordinaria para aprender
¿Cómo comenzar? La primera oración prepara la escena. Es un bloque de construcción para que surja un mundo entre las palabras, los sonidos y las imágenes. El comienzo de un texto o un film es un modelo del todo: una anticipación. Un buen comienzo plantea un problema en su forma
Buenas noches. En primer lugar, quisiera agradecer a Paz López por invitarme a presentar su nuevo libro, Pánico y ternura, una colección delicada y singular de ensayos que vienen a nutrir un panorama nacional de no ficción que, por fortuna, parece germinar en tiempos en que el pensamiento escasea o
Debo confesar que siento una debilidad por los poemas breves que apenas se escriben, pero que desde esa miniatura, maximizan sus posibilidades. Una poesía antirretórica diría Gonzalo Millán. Jaime Concha, cuando comenta “Tarde en el hospital” de Pezoa Véliz, señala que se trata de una “miniatura… de una expresión vastamente
Ambiente Levemente el aire se impregna al paladar suave. Adentro el helecho crece, el tren tiembla, una pared se descascara. Enfocas tu delgada mirada e inicias el armado de un invernadero. Las extrañas letras que murmuras se deshacen como gotas de merengue. Luego empujas al río y empuñas
“Consideremos nuevamente este punto. Eso es aquí, es nuestro hogar. Eso somos nosotros. En él están todos los que amamos, todo los que conoces, todos de quienes has oído hablar, y todos los seres humanos, quienes fueran que han vivido sus vidas. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles
Al norte de nuestro país, en medio de una quebrada que imagina rojo¹, sobre los adoquines y luego sobre el polvo, hay un pueblo de 525 habitantes. En ese pueblo una iglesia blanca se recorta pequeña contra el colorado tectónico. Oculta, se mantiene ahí, como maqueta miniaturizada o átomo que
EN EL CENTRO MISMO NUESTRA PIEL DE MUGRE esta canción de velador desaparece silba al aire y sus curvaturas de luz resarcen los bordes reflujo de la lámpara en estas alturas dejo pasar el sacudir de los árboles me espera intacto el día pero insisto en doblar las ramas medir










