Introducción.

Hong Kong no es un país, sin embargo, cuenta con su propia moneda, pasaporte, idioma y bandera, además de ser una de las economías más grandes del mundo, considerada parte de los cuatro grandes “Tigres Asiáticos”, Hong Kong ha tenido una historia difícil, ya en 1842 tras la Primera Guerra del Opio (1839-1842) China cede la isla a Gran Bretaña, el dominio duró ciento cincuenta y tres años. Cuando Hong Kong fue colonia británica, vivió bajo un sistema capitalista hasta 1997 cuando los británicos regresaron la isla al gobierno chino. Sin embargo, esto ha generado muchos conflictos en la región ya que durante cincuenta años, es decir, hasta el 2047,  Hong Kong vivirá bajo el título Región Administrativa Especial para posteriormente pasar a ser parte oficial de China, mientras, tendrá que vivir bajo la máxima “un país, dos sistemas”, en donde conviven el sistema capitalista heredado de Gran Bretaña y el sistema comunista chino, lo cuál ha provocado diversas revueltas y manifestaciones que son muestra de las inconformidades sociales de los habitantes de Hong Kong, quienes buscan la independencia total de la isla. Haciendo frente a todo esto, cabe preguntarse ¿Cómo afecta la situación política y económica en la vida diaria de los habitantes? y más aún ¿Cómo penetra en lo más profundo del ser humano?.

Ante esta disyuntiva, la política se abre hasta el punto de vislumbrar lo más profundo que lleva dentro; su relación con el arte, más específicamente con el cine de Wong Kar-Wai (1958-Shanghai) quien a la edad de cinco años emigró a la entonces colonia británica. Ante la imposibilidad de comunicarse debido al idioma, WKW comienza a sentirse aislado y su único refugio son las salas de cine, en donde proyectan películas en madarín. Toda su vida se ve involucrada en sus posteriores producciones cinematográficas, sin embargo, no es solo la nostalgia de un migrante lo que vemos en el cine de Wong Kar-Wai, sino, una doble nostalgia, la nostalgia por el pasado con el abandono de Shanghai en su infancia y la nostalgia de Hong Kong en una lucha por reafirmar su autonomía sin siquiera tener certeza de su identidad.

La situación política de Hong Kong.

Para analizar la situación actual de Hong Kong, es necesario remontarnos al siglo XIX, cumbre del expansionismo colonialista británico, específicamente al periodo de 1839-1842, el cual abarca los años de la Primera Guerra del Opio en China. La historia de China está marcada por un fuerte sentimiento de  autosuficiencia, desde sus bases confucianas, China se ha visto a sí misma como el centro del mundo, al que todos deben rendir tributo y como un territorio que no carece de nada, es por ello que la política exterior china siempre ha sido una política cerrada. En los años del expansionismo británico China seguía manteniendo sus principios. Además del poco interés en las relaciones comerciales, la dinastía Qin estaba teniendo problemas sociales como el aumento poblacional; lo que provocó también una pérdida del control político, por ello, fue muy difícil contener la penetración británica, China sostuvo relaciones comerciales con Inglaterra a través de monopolios, comerciaba sobre todo con la East Indian Company en donde China tenía ventajas en ganancias sobre Inglaterra. Sin embargo, los problemas de corrupción e inestabilidad de los ingleses provocaron dificultades en el comercio y la posibilidad de la formación de carteles de opio, sustancia que había sido prohibida en China desde 1729, pero para 1836 ya había 12 millones de adictos debido al tráfico de opio traído desde India por los ingleses, lo cual provocó dos guerras para tratar de contener la entrada del opio a China. En 1842, tras perder China la guerra, esta cede la isla de Hong Kong a los británicos por medio del tratado (considerado desigual) de Nankin. Los primeros años del gobierno británico en su nueva colonia resultaron ser años difíciles debido a la piratería, las epidemias y la hostilidad de Qin. China comienza a tener problemas internos e inestabilidad que la conducen a la Guerra Civil, muchos chinos parten a refugiarse en Hong Kong, lo cual ayudó al crecimiento poblacional y económico de la isla. Sin embargo, nuevas tensiones se dieron entre el gobierno de Qin y los británicos, lo que los llevó a enfrentarse en la Segunda Guerra del Opio (1856-1860) en la cual China vuelve a ser derrotada y se crea la convención de Pekín la cual estableció la anexión de nuevos territorios al mandato bitánico, entre ellos estaba la península de Kowloon que se anexó a Hong Kong, en estos años la isla comienza a fortalecerse hasta llegar a ser uno de los puertos comerciales más importantes para Gran Bretaña.

En el año 1998 se establece  la Convención para la Extensión de Hong Kong en donde se suman la región actualmente conocida como “nuevos territorios”, así se configura geográficamente el Hong Kong actual. El siglo XX, con la llegada de los japoneses durante la Segunda Guerra Sino-Japonesa (1937-1945), provoca que haya más migraciones y fuga de intelectuales chinos hacia Hong Kong, ya que con el inicio de la guerra el gobierno británico había declarado a Hong Kong como territorio neutral, sin embargo, en 1941 con la Batalla de Hong Kong los japoneses ocupan el territorio hasta su derrota en 1945. Tras la guerra, la isla comienza una recuperación económica satisfactoria y para los 50´s comienza un periodo de rápida industrialización lo cual la posicionó  como  la cabeza de los cuatro tigres asiáticos.

En 1984, se firma la declaración conjunta sino-británica la cual ratifica el retorno de la isla a China en 1997, fecha que había sido establecida en la Convención de 1898, todo esto bajo el principio de “un país, dos sistemas” lo cual significaba que tanto Hong Kong como Macao podían conservar sus sistemas políticos y económicos por un lapso de 50 años, es decir hasta el 2047. El crecimiento de Hong Kong ha sido indudablemente sorprendente, tanto que, para los años 90, los centros financieros más importantes del mundo estaban establecidos en la isla, sin embargo, con el regreso de Hong Kong a China comienzan las protestas de los ciudadanos las cuales han sido reprimidas por el gobierno central chino bajo el amparo del art. 23 de la Ley básica de Hong Kong, el cual establece la prohibición de actos contra el gobierno central. Estas protestas continúan hasta hoy en día y se han intensificado con actos del gobierno como la ley de extradición de 2019 la cual provocó las protestas más grandes en la historia de la isla.

Locaciones y migración en las producciones de Wong Kar-Wai.

Andrea Giunta, teórica y crítica de arte argentina en su libro ¿Dónde comienza el arte contemporáneo?, explica la importancia de los desplazamientos y migraciones por conflictos bélicos en el arte, dicha importancia radica ni más ni menos en su posibilidad de ser. El arte, entonces, nace de estos desplazamientos, es el cambio de perspectiva el que hace posible una obra. Y esto es lo que ocurre justamente en el cine de Wong Kar-Wai donde el territorio determina no solo sus producciones sino, la producción misma:

“La razón por la que me metí en el mundo del cine tiene que ver más con la geografía que con cualquier otra cosa. Nací en Shangai, pero mis padres se trasladaron a Hong Kong cuando tenía cinco años. La gente de Hong Kong no habla el mismo idioma que la gente de Shanghai, así que allí no podía hablar con nadie; no podía hacer amigos. Y mi madre que se encontraba en la misma situación, me llevaba al cine con frecuencia, porque era algo que podía entenderse más allá de las palabras. Era un lenguaje universal basado en imágenes. (Laurent, 2002).”

Wong Kar-Wai es reconocido como uno de cineastas más importantes del momento. En su cine, además de la maestría de la dirección y la sorprendente capacidad técnica y creativa, destaca el aspecto geopolítico, que podemos apreciar en su relación con el espacio y el movimiento. “Yo escribo como director, no como guionista; de manera que escribo con imágenes. Y, para mí, lo más importante de un guión es saber dónde va a desarrollarse. […] el espacio incluso te dice quiénes son los personajes, por qué están ahí, etcétera.” (Laurent, 2002). Ese espacio del que Wong nos habla, va más allá de las locaciones hechas para una historia determinada.

Guiado por la nostalgia y la imposibilidad, el andar errático de Wong va desde Hong Kong y sus alrededores, hasta Estados Unidos dónde filmó My Blueberry Nights (2007) y Argentina con Happy Together (1997). Sus primeras películas As Tears Go By (1988) y Days of Being Wild (1991) fueron rodadas en Hong Kong. Durante ese periodo la isla seguía siendo colonia británica, sin embargo, ya se había firmado la Declaración Conjunta sino-británica de 1984, la cual establecía que en escasos trece años el retorno a China era inevitable. En Days of Being Wild, el argumento gira en torno a un mujeriego que roba el corazón a las chicas para luego abandonarlas, para ese entonces, Hong Kong se había sentido como un abandonado de China y su vuelta a ella implicaba un abandono de Gran Bretaña o peor aún la convivencia de dos sistemas, que se podría interpretar en la misma película como la disyuntiva del personaje de Yuddy acerca de los sentimientos encontrados entre su madre biológica y su madre adoptiva.

Después de su debut, el andar político de Wong se presenta de manera más clara, en el 1994 rodó dos películas: Chungking Express y Ashes of time, este año es muy importante, ya que las referencias al regreso de Hong Kong a China en estas producciones son bastante claras. Desde la elección de los personajes, en donde el personaje de Brigitte Lin es occidentalizado al estilo femme fatale con una peluca rubia, en la película ella recibe la amenaza de un traficante occidental que le envía una lata a punto de caducar, lo cual significa que su tiempo para encontrar una droga se acaba. Sería interesante extrapolar también el significado de la droga y su final remontándonos a que el traspaso de Hong Kong se dio precisamente tras el problema que generó una droga: el opio. 1994 es entonces símbolo de que aquello estaba llegando a su fin. Ese mismo año representa un viaje en el tiempo al lugar de nacimiento del director: China, esa nostalgia e incertidumbre de abrazar de nuevo una cultura olvidada tiene toda su manifestación en una película sobre espadachines en la China antigua; Ashes of time.

Happy Together, por otro lado, se presenta como un punto de inflexión en su filmografía, decide irse muy lejos de Hong Kong, hasta Argentina, en donde desde mi punto de vista vemos la cumbre de la nostalgia y la importancia de la geografía, elemento tan presente para el director, ya que cuenta la historia de una pareja de jóvenes que debido a los conflictos en Hong Kong huyen a Argentina a comenzar de nuevo, sin embargo, lo que demuestra la película es que es imposible comenzar de nuevo cuando se está sumido en la nostalgia que provocan los continuos pensamientos sobre el retorno. Cuando vuelve a Hong Kong para desarrollar las que serían sus cintas más aclamadas por el público, Wong demuestra en In The Mood for Love a través de los recuerdos que confinan a sus personajes, que ya solo queda la memoria, sumándole la imposibilidad de comunicarse en el presente, por ello, no le queda más que imaginar un mundo nuevo; en 2046 película que es referencia al año 2047 en que Hong Kong dejará de vivir bajo dos sistemas y pasará a estar bajo control completo de China, una obra que demuestra que curiosamente el futuro no es más que un retorno al pasado.

La estética de la nostalgia y la belleza de la imposibilidad.

Me dijo que este vino es mágico. Si tomas una copa, olvidas tu pasado, pensé que era una tontería, ¿Cómo puede existir un vino así?. Dijo que la raíz de los problemas del hombre es la memoria.[1]

Wong Kar-Wai, lanza al principio de Ashes of Time este diálogo sobre la memoria, de pronto todo tiene sentido; la pérdida traumática, el tiempo, la imposibilidad del amor, la incomunicación, la identidad y la nostalgia. Todo convive en lo que sería la clave de la angustia: La memoria.

El fracaso existe para quien recuerda, y es que el recuerdo presente en las películas de WKW no es un recuerdo aferrado, sino uno difuso que deja a los personajes en viaje sin rumbo, los cuales necesitan ir y venir una y otra vez para encontrar la respuesta a lo que les preocupa, pero, ¿Qué respuesta encontrar cuando lo que preocupa es el destino? más aún ¿Cómo encontrarla cuando solo se vive en el presente?, la respuesta es que no hay respuesta y es por ello que el cine de Wong Kar-Wai nos hace fracasar de la manera más hermosa.

El uso de interludios poéticos, la presencia de música internacional, el uso frecuente de voz en off, las tomas hipnóticas y difusas en cámara lenta, son los recursos más recurrentes del cineasta hongkonés. Las escenas que van intercaladas entre el blanco y negro y colores neones, y el movimiento que solo deja sombras borrosas a modo de fantasmas, demuestran la dificultad de recuperar la imagen primaria y nos hacen quedarnos solo con impresiones de lo que fue, el instante en las películas es capturado como un instante difuso, inaprensible. Todos los recursos recurrentes como son el tiempo, la multitud en la calle, los encuentros fortuitos entre los personajes, los retornos nostálgicos, la falta de comunicación y las relaciones imposibles, son pensados bajo un mismo sistema: el de las imágenes, lo cual es importante para comprender por qué el espacio geográfico es el pilar de las producciones del cineasta, ya que siempre se piensa como una imagen. Con ello podríamos decir que mientras la geografía hace la imagen y la política hace el guión, la poética las une, cubriéndolas de lo evidente, haciendo brotar su belleza.

Esa necesidad persistente de ir en busca de un lugar al que pertenecer; cuando el escapar implicaría vivir con la nostalgia del regreso a aquel lugar indefinido, hace política la pregunta ¿A dónde pertenezco? lo que podría mostrarse como equivalente en las películas de WKW a la pregunta ¿A quién debo amar?, los lugares pasan a ser personas y es por ello que vemos la  nostalgia de un amor fugaz que caducará al igual que una lata de piña, como caducará la cuasi independencia de Hong Kong, por ello vemos en In the mood for love la incapacidad de relacionarse en el presente de quienes siguen viviendo en el pasado, y la imposibilidad posterior en 2046 de vivir lo que una vez ya se vivió sin haberlo realmente vivido y por ello imaginar llegar al futuro, un futuro donde la premisa principal es conservar los recuerdos, es decir, volver al pasado en un acto de melancolía pura. El temor de que llegue el 2047 y se regrese a una China que no se conoce tras 153 años de dominio británico, la impotencia de vivir el instante en sus películas cuando se está entre dos historias; es equivalente a vivir entre dos sistemas políticos, tratar de huir a Argentina como miles de hongkoneses perseguidos por el gobierno chino huyen a Inglaterra teniendo que vivir con la imposibilidad del retorno a Hong Kong, ¿Y si ese retorno llega después de tiempo?, ¿Se presentará con una vida ya hecha como la de la señora Chan en In the mood for love? ¿Será un cruce indiferente como el que se da entre Ho Pong-wing y Lai Yiu-fai en Happy Together?, o quizá simplemente se estará al mismo tiempo en la misma y en otra california como en Chungking Express.

Por Vanessa P. Rojas

Referencias.

 Bettinson, G. (2015) The sensuous cinema of Wong Kar-wai. Hong Kong University Press.

Botton. F. Historia Mínima de China. Colegio de México

De Hong Kong al Reino Unido (2021) DW. Documental: https://www.youtube.com/watch?v=31-tqK6Agao

García, A. Serrani, I. Cal, L. Franco, M. (2020)  El cine de Wong Kar-wai, video ensayo. Grupo de Investigación de Asia: https://www.youtube.com/watch?v=foe_l0bPFho

Guerra, A. (2019) Wong Kar-wai la estética de la ausencia. Universidad de Sevilla:https://idus.us.es/handle/11441/92044

Laurent. T. (2019) Lecciones de cine, entrevista a Wong Kar-wai.  Paidós.

Li, C. (1994) The Return of the Father: Hong Kong New Wave and Its Chinese Context in the 1980s.  In New Chinese Cinemas: Forms, Identities, Politics New York: Cambridge University Press.

Li, M. (2019) Le cinéma de Wong Kar-wai au miroir de sa réception entre Orient et Occident. Hal Open Science:https://dumas.ccsd.cnrs.fr/dumas-02102892/document

Ngai, S.(1997)  Discret. Burning Deck.

Nochimson, M. (2016) A companion to Wong Kar-wai. Wiley Blackwell.

[1] Extracto de Ashes of time (1994)