Como una bocanada de aire fresco, a lo largo de este año han irrumpido en pequeñas editoriales independientes de Argentina una serie de novedades que respiran otro aire. Mientras el criterio editorial dominante insiste en los géneros llamados coloquialmente “posmodernos” –asociados al weird, a las teorías filosóficas cada vez más
TORNADO IMAGINADO DESDE LEJOS Vino desde el sur, desde el oeste, diagonalmente; cincuenta millas fue su curso, una vez completado—y su cuerpo, cada vez que tocó tierra, fue de entre una y veinte millas de largo. «Todo lo que podíamos ver fue un montón de gris y cosas así». «Era
Cuando Pier Paolo Pasolini filma la primera parte de La rabbia (1963), decide abrir con un interrogante: “¿Por qué nuestra vida está dominada por el descontento, por la angustia, por el miedo a la guerra, por la guerra?”. La pregunta no llama a respuestas: convoca búsquedas. A partir de entonces
El sueño de una mujer y el desierto despierta a la narradora de Cruza (Camila Vazquez, Concreto, 2025), y le pide que escriba. A partir de esa visión comienza a reconstruir su intrincada historia familiar y, al mismo tiempo, pensar en cómo encaja ella en ese entramado de mujeres que
Antes de escribir Auto de fe, Canetti ponderó entre varias alternativas temáticas. Previo a decidirse por narrar la neurosis y catastrófico matrimonio del sinólogo Peter Kien, deambuló entre un fanático religioso, un soñador técnico que vivía solo haciendo planes cósmicos, un poseso por la verdad, un coleccionista, un despilfarrador, un
1. Amabilidad: no es una palabra que frecuentemente se escuche respecto de un poemario. La ciudad produce –y no nos hacemos la ilusión de que un libro no sea un producto, guardamos la esperanza de que sea más y, a veces, menos que eso– artificios usualmente afilados, corrosivos o aplastantes
Maucha es el gentilicio femenino, medio informal si se quiere, para nombrar habitantes de la cuenca del río Maule, cuya traducción del mapuche al talquino vendría a ser algo así como el río de las lluvias o de las nieblas; humedad al fin y al cabo, que acompaña al río
Decía Borges que imaginaba las bibliotecas como una especie de paraíso, donde el orden y el silencio al interior mantenían todo en cierto estado de animación suspendida. Aunque romántica, tal imagen solemne e incólume de “santuario del conocimiento”, “bastión de la decencia y lo correcto”, eventualmente llegaría al cine y
Quiero dejar de ir a la oficina. Viajo una hora y veinte de ida y una hora y veinte de vuelta, tres días a la semana, desde mi casa en Villa Crespo hasta Munro. Por supuesto que hay gente que viaja el doble y todos los días, para ir a
1. Novela sin novela: María Negroni desarma el naipe de los géneros para replantear los símbolos contenidos en las cartas: atraviesa los límites de la poesía, la memoria, la crónica, el ensayo y la autobiografía con una elegancia estimulante. Por eso, en su libro El corazón del daño, hay momentos










