Luminarias (2020) es un poemario que, desde su materialidad, hace dialogar íntimamente a la fotografía y la poesía. Con una portada negra que emula el reflejo del flash de una cámara al capturar una imagen, convierte al libro en un artefacto dinámico que configura una entrada de lectura inmersiva. No es solo la portada la que dirige al lector a situarse dentro de este gran rollo de fotografías escritas, pues las solapas guardan una sorpresa que completa la panorámica visual. A modo de collages se encuadran retratos que cierran el circuito del fotógrafo-escritor quien, a partir de destellos de sus andanzas por las calles de Santiago, plasma algunas de las postales que describe en verso a lo largo de este libro.

Un libro que trata de la relación que existe entre la fotografía y la escritura como experiencia subjetiva de la realidad cotidiana a través de imágenes cándidas. Al inicio nos envuelve un recorrido de postales del centro de Santiago, para luego, dar paso a recuerdos autobiográficos que se cruzan con un pasado de infancia y experiencias de andanzas nocturnas de un adulto que fotografía el mundo con su mirada. El imaginario que construye Gastón Carrasco a partir de instantáneas que se entrelazan para construir un discurso mudo, se vale de sensorialidades más allá de las palabras, una autoconsciencia de saberse observador de la realidad como escenografía de actos instintivos donde todos los cuerpos son actores momentáneos. Cada poema alude a un momento exacto, por medio de los títulos nos sitúa en un lugar específico a una hora determinada y nos lleva a formar parte del paisaje armado de palabras; una experiencia que enmarca las huellas sobre el pavimento de una ciudad recorrida con una memoria fotográfica que se traspasa a los lectores.

Y es que la labor del fotógrafo-escritor que “[e]s un huésped, no pertenece al recuadro, es la nota al margen”, compone desde afuera la escena perfecta para describir una historia más amplia que la simple imagen. Ilumina espacios recónditos y confiere espacios a actores que suelen pasar desapercibidos. Este relato resalta aquello que se esconde entre siluetas, entre juegos de luces y sombras, y la itinerancia de la mirada captada a través de la cámara compone historias situadas en experiencias de paso. La cámara es el instrumento que le permite traducir diversos mundos, capturando escenas que van más allá de lo superficial, como si se tratara de revelar la verdadera esencia de las cosas y las personas. Y al escribir este poemario nos revela las fotografías que componen un pedacito de su alma.

 

Por Paulette R. Fernández

Fotografía de Eliott Erwitt

 

Luminarias
Gastón Carrasco
Provincianos Editores
2021
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