Casi 9 años han pasado años desde que los periódicos “oficiales” pronunciaron, por fin, su nombre: “Impacto mundial por repentina muerte de la artista Hija de Perra”, decía la Estrella de Valparaíso; Google se llenaba de mensajes sobre su “fallecimiento, no su muerte, porque Hija de Perra vive entre nosotros”,