Siberia es una novela escrita por Daniela Alcívar Bellolio (Ecuador, 1982) en el año 2017, y publicada por Beatriz Viterbo Editora en 2020. En esta novela la autora toca temas profundos en los que repara de forma fragmentaria. Con episodios cortos de 3 a 4 páginas, nos sumerge en su historia de vida, la ficcionalización de la experiencia en torno al duelo que va tomando forma a lo largo de la narración. Lo que parte con experiencias cotidianas de infancia, termina con la pérdida de un hijo y la cicatriz que se propone como estampa de una vida que alguna vez existió. Desde la experiencia real, Bellolio presenta una novela dolorosa que expone la soledad encarnada de la pérdida de su hijo a un día de haber nacido.
Es la pérdida la que refleja el hilo conductor de la narración; los relatos cortos como irrupciones de experiencias pasadas que se develan como la antesala de lo que fue el embarazo. A modo de designios que sugieren el castigo heredado de un árbol genealógico destinado a la tragedia, la protagonista resuelve explicar el vacío de la existencia desde la comprensión de su propio cuerpo, homologándolo al paisaje como eje narrativo desde el cual emana un sentido simbólico que sugiere la expresión visual del sentir. Junto a la recomposición del lugar que se habita desde el suceso capital que marca su vida, rearticula la forma en que se plantea en el mundo. Un mundo que se vacía de colores y de expresiones que no sean la desolación y la soledad. La traducción del espacio como la analogía de la cicatriz que se encuentra en el centro de su cuerpo; el abdomen perpetuamente abierto de una madre que tuvo que despedirse de su hijo a un día de su nacimiento. El apego que no se logró, el encuentro fallido fuera del vientre.
El cuerpo escindido como un lugar desde el que emana una nueva sensorialidad con la cual comprender la realidad. El sugerir configurar la experiencia de vida en fragmentos ya proporciona una visión que marca esta fractura. Todo paisaje se tiñe de soledad, y Siberia se propone como el territorio donde la intemperie signa un silencio intrínseco, donde cualquier cambio que pueda haber pasa desapercibido, al igual que la cicatriz en el abdomen de una mujer que ha perdido el sentido de la palabra. Madre de una criatura que la dejó sin narrativa. Cómo seguir adelante, cómo seguir con la vida cuando ocurre un hecho fundamental tan radical. El patrimonio de su vida se reduce al momento de la muerte del hijo, y desde ahí nace la necesidad de escribir el dolor, de compartir los paisajes que evocan imágenes imposibles. Relatar en imágenes y sensaciones que van más allá de las palabras, decir lo indecible desde un cuerpo desarticulado desde el origen. La vida signada de un silencio irreparable, un recuerdo encarnado que la habita.
“El infierno es habitar la casa en la que por siete meses acaricié la redondez de mi vientre, tocar ahora esa planicie y saber que no hay nada, nada. El infierno es la absoluta soledad de mi vientre, el abandono que mi cuerpo sufre como un calvario sin fin”, escribe la autora cuando ya se hace patente la pérdida. Cómo plantearse en un cuerpo que supone el cementerio de un amor no concretado fuera del vientre y cuya única huella de existencia compone una angustia encarnada. “Incompletos mis senos duros y adoloridos que producen leche para un conjunto de ceniza amado. Incompleto por siempre mi cuerpo, incompletas mis entrañas que no se acomodarán nunca a la ausencia de Benjamín”. Cómo seguir adelante si el cuerpo mantiene por días y meses la producción de excesos para un hijo que ya no existe. La escisión, la fractura encarnada en un paisaje inhóspito que es el propio cuerpo.
Siberia es una novela en la que escribir es un método de salvación, de remembranza por experiencias pasadas que circundan el hecho fundacional encarnado en un cuerpo habitado por la soledad. Escribir para no perderse, hilar frases para recordar por temor a olvidar un amor imperecedero que ha dejado una huella imposible de borrar.
Por Paulette R. Fernández
Siberia
Daniela Alcívar Bellolio
2020
Beatriz Viterbo Editora
160 pp.
Diseño de portada: Jimena Venturini
$1.320 pesos argentinos
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