L’Ascension, 1933

cuando el ángel aparece conduce su cuerpo deshecho a las entrañas
de la imaginación

a su modo el ángel esquiva cualidades corporales lunas rosas
espirales doradas ondas Martenot percusiones del nervio
óptico muere también a su modo inseparable de la carne
que transporta

símbolos rotos y dispuestos de la manera más natural y corriente
formas elementales de existir como ecuación doble que reúne
pájaros y entrañas paraíso interior para la composición del
exterior asentamiento de almas deshechas combinaciones
tímbricas anunciación si puedo llenar mi propia cabeza podría
llenar la cabeza de otras almas y no cargar una sino varias
(cf. Vent d’est)

 

¿después? después
la pared se desmorona sobre sus delicados cimientos —Atalanta
había sido una mariposa de pequeñísimos movimientos revoloteando
la cubierta del Finnegans Wake— dos montañas a medianoche
haciéndose una bajo la otra

mil centenas de abajo sobre afuera millones de afuera sobre blanco

sobre un fondo blanco que no significa ni representa nada y un
delicado incienso homeopático desviste el alma medita su
primogenitura simultáneamente rueda por un agujero hasta
chocar con planetas arrasados por el drama permanente del
amor

disposición para los ejercicios caseros aptitud actitud para la
remoción de escombros

 

 

La conquista se desmorona
marca la grieta que no transita otra cosa
la conquista cuando se alcanza está perdida
sujeta un pedazo de carne con instinto
las mismas líneas señalan un día como
idea fija la conquista cuando se alcanza
está prendida del cuerpo sin remordimientos vuelve los ojos al polvo que acumula en las costillas
su centro es un cofre de luces y polen
los pájaros cantan juntos
la lógica madura
su piel de membrillo
Luego no se trata de darle la razón al tiempo
que gruñe a tus espaldas

 

 

A través de una revisión de autores que tratan el tema del vacío y
lo espiritual [           ,                      ,            ,           ,                   ,             ]
se extrae lo necesario

¿Y qué es lo necesario? re–crear el vacío se invoca ese derecho
estético de la negación y el artista empieza a negar sus aspiraciones
sus conclusiones sus autores y una vez que ha negado todo
empieza a negarse a sí mismo ¿negarse a sí mismo? re–pensar la
ausencia que es un presentimiento si explora el agujero que ocupa
en el espacio

 

 

La huella líquida sobre el mantel es un indicio
el encuentro
con un pedazo de tus labios recitando letras griegas
el olor de la máquina del café
el aire es esta masa blanca con redondeles dorados
dispuesta a plegarse en cualquier rincón
prácticamente
los mismos hábitos satisfacen formas reales

de golpe las cosas están

como un signo claramente legible

esa pequeña cadena de símbolos que se rebela

donde el espacio no transcurre pero se multiplica
en todos los tiempos

y se hunde en la forma de un caballo

que galopa y el polvo que levanta es la eclosión de un mundo

largado detrás de otro

es una soledad

para siempre
erige muros limitantes
tópicos
etc. etc.

el paisaje del aire
es al mismo tiempo
el asalto de las constelaciones

            Demócrito

            sostiene con su mano derecha
            un compás

la muerte
desesperadamente muerta
toca sus yemas
responde con una insondable oscuridad

empezamos a escondernos
en el papel que sujeta tu mano izquierda ha quedado un semicírculo
por donde un segundo desertado
es una cola de serpiente

sin embargo
soy el bosque al reverso
de tu sonrisa mediterránea

en lo demás
soy tantas cosas

 

 

Por Rosa Granda

 

Un sonido amarillo
Rosa Granda
Álbum del Universo Bakterial, 2021.

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