Carta al amante ido Primero gracias a tu ausencia. Ella, la ausencia se hace visible porque antes había una presencia, una presencia significativa, larga y de a ratos muy bella, eróticamente y afectivamente bella y sutil. Una presencia, la tuya, que me cambió la vida, tanto, que perdí el miedo
Con Pablo somos amigos. Si lo cuento acá, es para dejar la idea de que hablamos mucho. Parte de nuestras conversaciones están guiadas por una intuición. La de que en su disciplina, la historia, y en la mía, el psicoanálisis, hay más que unas pocas intersecciones. Una para comenzar: la
I. Últimamente todo empieza por una excusa, por el mecer de los barcos en una bahía nunca vista. Es como el catálogo de embarcaciones de Homero: llena el tiempo. Un tiempo que no tenemos. Sin embargo, hay un gusto a sal. Halcones peregrinos escalan el aire, sólo para arrojarse
Podemos imaginar su historia, los teatros en los que ha actuado y los textos que ha leído y resuenan, como una música, en el silencio del desierto. Ricardo Piglia, El último lector La fundadora. Gabriela Roepke, una de las dramaturgas menos reconocidas del teatro chileno de la segunda mitad
Apenas quedará la arena Los padres de mamá se mueren como se desvanece la espuma de las olas: susurrando lento, sin pasión. Ella heredó manos para el entierro quiero decir, para enmarcar fotos de sus difuntos en casa junto a mi primer día en la escuela y cumpleaños favorito
Tras unos versos de lectura descubro que el poeta ha llenado su espacio de animales. Leo peces, perros, pájaros, cangrejos, más peces, más perros, más potros. Leo insectos invisibles. Leo algas, incluso un bagre. Leo los animales y su pasión por el alba. Y todo esto, engastado, rodeado de
Frankenpixie Dream Girl: sobre Poor Things – Por Philippa Snow – Traducción de María Belén Contreras
Poco en Priscilla (2023), la película más reciente de Sofia Coppola, me fascinó tanto como una frase del idílico encuentro, a medias ensoñado y a medias perverso, entre su heroína de catorce años y Elvis Presley, su futuro marido: “Por qué”, dice Elvis al enterarse de que la chica con
Guirnalda Porque tiene el corazón roto y después muere su madre, D y F se arrancan con ella por el fin de semana. El lugar al que van es un panal. Abejas surcan las calles y la noche. Abejas amontonadas, zumbando, brillantes y ansiosas, abejas erráticas como navegantes, abejas chupándose
Los poemas de este libro, Diario de ida, son sin título. Aparentemente sin título. La autora prefirió que el primer verso de sus poemas fuera el modo de llamarlos en el índice. Tal vez no desea entregar más pistas que aquellas que van encadenándose verso a verso en nosotros, sus
Leo este libro junto a otros libros dedicados a la noche, escritos en la noche dulce y severa que ha visto nacer tantos poemas, novelas, canciones, mitos, amores, hijos. Llantos. Como el que despertaba a Hölderlin en mitad de su sueño. O el que oye la voz de Alejandra Pizarnik: