Cuento

Los hijos del Padre – Por Guillermina Tenenbaum

La reconstrucción del cuerpo para la autopsia final tardó casi el mismo tiempo en que nosotros, los hijos del padre, tardamos en planear la obra cúlmine. Cuando decimos tiempo (tempi, la velocidad del pulso musical, según nos había enseñado nuestra madre) pensamos en ese segundo puntual donde se alteran los

Cuento

El último alarido – Por Guillermina Tenenbaum

Hasta el momento no ha habido una sola mañana en que no me haya despertado sobresaltada por los ladridos de los perros. No hablo de un simple ladrido: primero el portazo, luego un enorme perro subiendo torpemente por las escaleras de madera, clavando sus uñas en la curva del abismo,